lunes, 19 de marzo de 2018

PLE/ECP


Dando por hecho que es de todos conocido el ciclo natural de la vida de un producto, cuyo gráfico exponemos a continuación, en el este post vamos a analizar un punto muy importante para la empresa, como es el hecho de que hay que enfrentarse a la última fase de su ciclo, el declive, y las alternativas que se pueden proponer.










El ciclo de vida de un producto condiciona de forma muy notable las estrategias de marketing en la empresa, por lo que es obligado conocer en todo momento en qué fase concreta se encuentra un producto. Desde el punto de vista de este post, es imprescindible conocer cuando ha llegado realmente el inicio de la fase del declive de un producto concreto. La detección precoz es muy importante, de cara a las estrategias que el departamento de marketing recomendará adoptar en esta fase en la que, como sabemos, las ventas descienden fuertemente.

Teóricamente, las reglas empresariales aconsejan que cuando un producto llega a la fase de declive ha de permanecer en ella el mínimo tiempo posible ya que las ventas descienden de forma continua, los beneficios disminuyen y puede llegar a deteriorarse la imagen del producto o de la empresa. El marketing debe actuar de inmediato, anticipándose a las presiones de la empresa, que muchas veces se niega a retirar el producto, pensando que aún puede producir beneficios. En esta fase, y haciéndolo oportunamente, hay que decidir entre retirar el producto, o realizar acciones que permitan prolongar las ventas.

Aunque la teoría parece definir claramente cuando ha llegado esta fase, no todas las empresas son conscientes de haberla alcanzado. Por falta de definición, entre los errores posibles está el hecho de que algunas empresas llegan a retirar del mercado algunos productos en plena fase de madurez, al detectar un caída en las ventas. En estos casos se impone un análisis riguroso de la situación, ya que esa caída suele acaecer por varias razones, que pueden ser coyunturales y pasajeras, (lo que es superable con medidas adecuadas), o ser causas reales tales como los avances tecnológicos, la demografía del grupo de clientes, los cambios de los gustos y de estilos de vida y la aparición de productos sustitutivos que satisfacen mejor la necesidad.

De ese análisis ha de quedar claro qué es lo que realmente ha ocurrido. Si realmente estamos en la fase de declive, procede que un marketing inteligente opte por diversas acciones, según sea el origen real del declive. Se debe analizar si es más conveniente abandonar el producto o relanzarlo nuevamente con una serie de modificaciones.

Si el análisis de la situación nos dice que realmente hemos alcanzado la fase de declive, tenemos dos opciones por delante: aceptar la fase de declive en el ciclo de vida, o alargar la vida del producto.

La razón nos dice que si hemos aceptado la etapa de declive de un producto, no tiene sentido seguir invirtiendo en publicidad sobre el mismo, por lo que la publicidad deberá reducirse de forma paulatina hasta llegar a prescindir de ella para ese producto. Por otra parte, para evitar acumulación de stocks innecesarios del producto en declive, una buena práctica de marketing es la creación de nuevas utilizaciones del producto y promocionar la compra repetitiva. De esta forma, aún en plena fase de  declive podemos mantener un cierto nivel de ventas que nos permita el cambio previsto.  

En algunas ocasiones la empresa aún no está preparada para sustituir al producto, por lo que mientras llega ese momento, la otra opción disponible es el alargamiento o prolongación del ciclo de vida del producto, considerando que es más barato mantener un producto en el mercado que retirarlo y lanzar otro nuevo.

 








Para ello se utilizan algunas fórmulas que nos permitan esa prolongación del ciclo de vida el producto mientras la empresa pueda estar en condiciones, tecnológicamente o financieramente, para poder lanzar un producto nuevo. Mencionamos las siguientes:

1.     Prolongación de la fase de madurez (detección precoz)
2.     Mantener una demanda residual dentro de la fase de declive
3.     Actualización del producto
4.     Relanzamiento

Nos centraremos en la parte azul del gráfico, donde se ve la ampliación del ciclo de vida, de forma que podamos elaborar estrategias para ese momento.

Una de las formas de alargamiento de la vida del producto consiste en la prolongación de la fase de madurez, en cuyo caso los procedimientos a seguir se basan en incrementar la  frecuencia de compra de los clientes y promover nuevos hábitos de consumo entre los consumidores habituales y ampliar el consumo a otros segmentos de mercado.

Existen diversas maneras de fomentar la frecuencia de compra de los consumidores, tales como hacer ver que los champús de nuestra marca son tan suaves que pueden usarse todos los días, e incluso más veces al día si surge la necesidad.

Algunos productos, como el Activia, recomendados para mejorar el tránsito intestinal, de uso ocasional, y actualmente su publicidad es de uno al día para que la digestión sea más cómoda. La ampliación de los batidos solubles de cacao y de café al mercado de verano como productos fríos, ha sido un éxito. Por otra parte ampliar los segmentos de mercado es una magnífica fórmula de marketing, como el aprovechar las ventajas de un champú infantil para ampliar su uso a toda la familia, en base a su suavidad y características de fórmula limpia para los ojos.

En segundo lugar proponemos mantener una demanda residual dentro de la fase de declive, para lo cual es recomendable una política apropiada de descuentos, añadir innovaciones al producto, (pero han de ser de pequeño calado, si no sería otra táctica diferente, la de actualización). Entre esas innovaciones podemos contemplar el añadir nuevas funciones, por ejemplo. Y finalmente, encontrar nuevos nichos concretos de utilización.

Consideramos en tercer lugar la actualización del producto, que es muy utilizada en la industria automovilística, por supuesto mucho antes de un cambio de modelo, ya que eso sería el inicio de un nuevo ciclo. 

En este caso pueden realizarse cambios básicos en el diseño, cambios en la presentación o aspecto externo, aumentar el número de versiones o tamaños, o aumentar la cantidad respecto a la anterior. Se incluyen en este apartado mejoras o variaciones respecto al producto estándar, (cambio de color, propiedades organolépticas, mejoras en la facilidad de utilización o variaciones en la presentación y envases).

La realización de pequeñas innovaciones en los productos tiene una repercusión relativa en los costes, y con una pequeña publicidad, a veces en el mismo producto con muestras o pruebas gratuitas, suele tener una buena respuesta. Cuando optamos por los nichos de mercado quiere decir que en lugar de ir a por todo el mercado, se eligen nichos concretos sobre los que volcar la oferta del producto. De esta forma se llega mejor y se amplía la oferta en esta fase.

Complementariamente, ampliar los periodos de descuento, o la frecuencia de ofertas de los mismos sobre nuestros productos nos permitirá ayudar de forma notable al mantenimiento de una demanda residual de estos productos en fase de declive.

Finalmente, en cuarto lugar tenemos el relanzamiento. desde una imagen renovada del producto, hasta posibles acciones relacionadas con el impacto en el medio ambiente, incluyendo el uso o incremento de materiales biodegradables, por ejemplo. Con esto buscamos que el cliente perciba los esfuerzos de nuestra empresa por mejorar nuestro medio ambiente, dado que este enfoque cada vez es mejor visto por los usuarios. Siempre será necesario realizar una campaña de promoción del relanzamiento que abarcará los medios convenientes, desde los masivos a los selectivos, en el entorno de la nueva imagen o características que queremos transmitir.

Dentro de la política de relanzamiento se encuentran los cambios de fórmula, aunque no  siempre son afortunados. Cuando Coca Cola intentó un cambio en su tradicional bebida sufrió un rechazo que le hizo volver atrás. Pero PepsiCo lo hizo con éxito en unas galletas dirigidas a un determinado mercado en concreto, ajustándola al gusto local. Fue un acierto, aunque en realidad fue algo parcial dentro de sus mercados mundiales. Los cambios drásticos de fórmula son más lógicos en productos nuevos.

Las otras dos maneras de relanzamiento son el cambio de características o una fuerte mejora de la calidad. Otras fórmulas de cambio realizadas por Coca Cola con éxito, incluían cambios en el sabor, no en el fundamental, que es intocable, sino con añadidos tales como sabor a vainilla, a cítricos o con reducción de azúcar. 

Apostar por la calidad, (siempre hay que hacer constar que es una mejora de la calidad, para no hacer ver que el producto antes de la mejora no era de buena calidad), es casi siempre una buena opción, al igual que la ya mencionada de mejora del impacto en el medio ambiente.

Cuando estas medidas ya no surten el efecto deseado, nuestro proyecto de alargamiento del ciclo de declive debe ser abandonado, dando paso ya al nuevo producto. Recordemos que aquellas medidas son para esperar a la llegada del producto nuevo y, en consecuencia, de un nuevo ciclo de vida.  

PLE = Product Lifecicle Extension
ECP = Extensión del Ciclo de Vida del Producto

martes, 6 de marzo de 2018

CC/FM


Dentro de la estrategia seguida en mi blog "MBA de Carlos Borrás", (recordad, MBA es Marketing Bien Aplicado), hoy creo que ha llegado el momento de sacar a la luz algunos conceptos olvidados o mal aplicados sobre el cuidado de los clientes. Este va a ser un post relativamente corto, pero que lo considero necesario como recuerdo y refuerzo.

El título del blog, CC/FM significa Customer Care, Forgotten Marketing, que en esta ocasión he puesto las sigla solamente en inglés. Creo haberos mencionado alguna vez que mi blog es leído en más de un 90% fuera de España, así que tiene sentido.

El cuidado del cliente, o atención permanente a los clientes, incidiendo un poco más en lo tratado en mi post anterior, es algo que las empresas no terminan de perfeccionar. En estas líneas quiero dar una idea de todo lo que podemos hacer, y que cada uno vea lo que su empresa está haciendo por sus clientes, y decida o no, ampliar el alcance.

Independientemente de lo que solemos llamar marketing offline, o también Outbound Marketing, que no debe desecharse ni menospreciarse, es decir, sigue siendo de elección en muchos casos, siempre junto a Inbound Marketing, debemos tener en cuenta una serie de acciones que debemos hacer para el mantenimiento de nuestros clientes, y que intentaré describir a continuación. Cada cual puede elegir entre todo, o parte, de todas esas acciones.

        Crear y mantener un blog. Es un excelente método para mantener el contacto con los clientes, siempre que se ofrezca contenido de interés, tales como informes, resúmenes de eventos realizados, nuevas aplicaciones para nuestros productos y noticias sobre productos nuevos por salir.

        Como complemento u origen del punto anterior, es muy útil crear Newsletters segmentadas por clientes. Al estar segmentada la información ofrecida en cada caso, subirá notablemente el interés de los de cada segmento.

        También es muy importante crear seminarios sobre temas de interés para la empresa y los clientes, en este caso tanto actuales como potenciales. Es genial para seguir manteniendo a los clientes actuales pero, además, es fabuloso para lograr nuevos clientes potenciales. Pueden dirigirse tanto a universidades como a asociaciones o a empresas con interés por la temática.

        No olvidemos hacer SEO y SEM, dentro de nuestra estrategia prioritaria de Inbound Marketing. De esta manera apareceremos en los primeros lugares de los buscadores, dando a los clientes existentes la impresión de nuestra importancia, y siendo un buen gancho para los potenciales clientes. (Google Adwords).

        Potenciar los contactos en Redes Sociales, siendo la más adecuada para estos propósitos la red LinkedIn, creando una red fuerte de contactos profesionales con perfiles de interés y relevancia. Estaremos presentes en la mente de los clientes, y potenciales, además de reforzar la imagen de nuestra empresa ante los clientes.

        Algo descuidado últimamente, el networking es una herramienta que debemos potenciar, siempre paralelamente a todo lo descrito anteriormente. De esta forma, durante unos minutos muestras tus productos o servicios a personas de interés, en un entorno competitivo con otros networkers.

        Tras intentar conocer la opinión de una muestra de clientes sobre la utilidad y facilidad de uso de nuestros productos o servicios, ver si sería aplicable emitir unos tutoriales, (mejor en formato video), que ayuden a los clientes sobre los mismos. Posiblemente nos sorprenderá ver el gran número de visitas que obtendremos. (Es decir, que no era tan sencillo).

        Si creemos que es aplicable en nuestros productos o servicios, debemos utilizar la gamificación. Los juegos sobre productos o marcas son muy bien aceptados y nunca sabe uno cuando se pueden hacer virales.

        Crear propuestas no personalizadas, sino semi cerradas que nos puedan parecer atractivas. Posiblemente no encajarán a la perfección con la gran mayoría de los clientes… pero abren una puerta de diálogo o discusión para proyectos adecuados al cliente, tras unas cuantas reuniones y retoques.

Este post es básicamente, un recordatorio de acciones que deberíamos usar para mantener a nuestros clientes, pero que, a su vez, en su mayoría son excelentes para la captación de posibles potenciales. Lo traigo ahora a este blog porque la mayoría de las empresas realizan acciones parciales, cuando las realizan, olvidando muchas otras partes aquí descritas, necesarias para reforzar las relaciones con los clientes.

Hemos incidido mucho en el Inbound Marketing, pero a no olvidar tampoco la aplicación de técnicas Outbound Marketing, ya que en muchos casos ayudan bastante a reforzar la imagen de recuerdo en los clientes.

Algunas veces he comparado el Inbound marketing con una pintura, un cuadro en una pared, que no es intrusiva en absoluto, pero que a cambio logra que se fijen en ella quienes deseen verla, sin molestar a nadie que no lo desee. 

El Outbound marketing es bien diferente. Se hace llegar a los usuarios información de un producto a través de medios masivos y no masivos indiscriminados, tales como la televisión, la prensa y la radio, o también publicidad impresa en buzoneo, folletos, catálogos, y acciones de telemarketing incluyendo el correo electrónico. Esta información no ha sido solicitada por los clientes.

En este caso podemos comprar el Outbound marketing como un pescador que va echando sus redes en el mar, cogiendo en las mismas tanto al objeto de la pesca como a otros seres no deseados. En cualquier caso es algo intrusivo y no solicitado.

No obstante, hemos de distribuir nuestro presupuesto de Marketing de la manera más conveniente en cada caso, y desde luego, no desechar, en absoluto, el Outbound Marketing por “anticuado”. No es cierto y, muchas veces, es muy útil.