Me han preguntado muchas veces
sobre cuando se acaba el marketing y, lo que es aún más frecuente, cuando
empieza el marketing, y si realmente gira en torno al cliente.
Mis respuestas han dejado atónito
a más de uno en mis clases, o en las redes: el marketing no está directamente
relacionado con el cliente, y no gira alrededor del mismo.
Esto, que dicho así parece una
herejía, es absolutamente cierto. El marketing precede al cliente, y además lo
sobrepasa en el tiempo. Es muy tradicional relacionar la actividades de
marketing con los clientes y, por otra parte, pensar que una vez logrado el
cliente, lograda la venta, se terminan las actividades de marketing para ese
cliente, o se minimizan las acciones porque ya está logrado. Falso.
Veamos como se desarrollan las
acciones de marketing de una empresa, comenzando desde cero, y podemos observar
que dichas acciones se desarrollan inicialmente con el objetivo de dar a
conocer la empresa o producto, y por tanto no se dirigen a ningún cliente, sino
que se trata de lograr clientes, en general, lo que justifica la frase de que
el marketing precede al cliente. Aún no lo tenemos y ya son objeto de nuestras
acciones de marketing… precisamente para lograr su atención, en concreto en la
primera fase del proceso de búsqueda de clientes que recordemos son:
1. Atraer.
Un sujeto se convierte de desconocido a alguien que visita
nuestra Web
2. Convencer.
Se base en las llamadas a la acción, (CTA), que son enlaces que logran que el
visitante realice acciones concretas, como puede ser la descarga de una
información de interés, o la asistencia a algún evento.
3. Captar.
Mediante las acciones realizadas, las visitas al Blog, el posicionamiento SEO,
redes sociales, la efectividad de los CTA, los datos de los formularios y los contactos
logrados se seleccionan y contactan los prospectos más calientes o proclives a
conocernos más
4. Lograr
la venta. El desconocido se convierte ahora el cliente
5. Fidelizar.
Hay que realizar acciones sobre los clientes para mantenerlos, que es una forma
con la cual se deben lograr dos importantes objetivos: que sigan siendo
clientes, (fidelización), y que lleguen hasta el siguiente nivel, el de
prescriptores, con lo que el cliente se convierte ahora en un elemento de
ventas nuevas mediante sus acciones de recomendaciones a terceros.
De esta forma, se logra que un
posible cliente pase por las siguientes etapas: Desconocido, Interesado, Prospecto,
Cliente y Prescriptor.
El marketing es el mismo, pero
las acciones son totalmente diferentes en cada fase o etapa. Tengamos en cuenta
que el marketing inicial se dirige a nadie y a todos. El objetivo no tiene nombre aún, y sin
embargo partir de la tercera fase las acciones son particularmente nominales y
en la cuarta, que ya son clientes logrados, ya van dirigidas con mucho mimo y
cuidado. Caso aparte merece el prescriptor, cuyo trato va rodeado de acuerdos y
facilidades.
En las fases primarias podemos
considerar el marketing experiencial, con inclusión de los Street marketing y
Ambient marketing.
El marketing experiencial es una
variedad más completa del marketing sensorial, ya que busca provocar una
reacción en el usuario a través del uso de experiencias, dado que a los
usuarios suelen gustarle las experiencias inesperadas que se le presenten sobre
una determinada marca o producto y que les produzcan alguna satisfacción, en
lugar de la invasión de su intimidad a cambio de nada de los medios masivos e
intrusivos.
La participación del sujeto
durante la experiencia puede ser pasiva o activa. En la pasiva, la experiencia es de
absorción, donde las personas evalúan internamente el evento y el
involucramiento no es esencial para el éxito de la experiencia. En la activa,
la experiencia es de inmersión, que es cuando el
cliente participa en la creación de la experiencia y la participación es el
elemento clave, así como la relación o diálogo con el sujeto durante la
experiencia.
De una acción de marketing
experiencial surgen cuatro experiencias. En el caso de la pasiva, está el
entretenimiento que se produce por experimentar las sensaciones y la estética
por la contemplación de la misma. En el caso de la activa, mediante la interacción con el medio, están las
educativas que implican participar y estar dispuesto a conocer cosas nuevas y
la escapista que implica la participación total como en el caso de los
deportes.
Dentro de este enfoque sensorial
y experiencial, y como he hablado en un reciente post anterior, el Marketing de
Nostalgia es elegible en nuestras estrategias de marketing en estas primeras
fases. (Cliente desconocido, no cliente).
Observemos como los remakes son
algo muy común en el cine. (E incluso en la música y, de alguna manera, en la
literatura). Muchas películas que tuvieron éxito en el pasado han sido llevadas
de nuevo a la pantalla, lógicamente con nuevos actores y posiblemente con algún
cambio de enfoque, según el caso. Esto trata de lograr dos cosas: llamar a la
nostalgia de las personas actuales sobre temas, en este caso películas, que
tuvieron un gran éxito en el pasado, y en segundo lugar dar a conocer a las
nuevas generaciones aquellos éxitos del pasado.
¿Porqué esto va a tener éxito? En
el caso de las reediciones de éxitos pasados, generalmente lo que tuvo éxito
vuelve a tenerlo, aunque para eso a veces haya que cambiar el enfoque o variar
ligeramente el argumento base, para adaptarlo al entorno actual. Esto no suele
ser necesario a menudo, sino que el éxito pasado atrae el nuevo.
Hay que tener en cuenta que la
fuente de la nostalgia puede ser muy variada, desde respetar la historia tal
cual, o bien mediante la adaptación de la misma a la mentalidad actual, o sacar
analogías de temas conocidos, variando el argumento auque respetando la base
original. (West Side Story respecto a Romeo y Julieta, por citar un caso).
También ha ocurrido, y ocurre, con muchos videojuegos.
Las razones se encuentran en que la
nostalgia nos devuelve el pasado. Y como el cerebro tiende a olvidar los
recuerdos negativos como mecanismo de protección, en gran medida se sustituyen
los malos recuerdos por sensaciones positivas, lo que hace atractiva la
nostalgia. Totalmente aplicable al marketing en sus primeras fases.
Pero, fijémonos en una cosa: como
en el Inbound Marketing se trabaja fuertemente con el marketing de contenidos,
apostar por la nostalgia es una manera de conseguir más visitas. El secreto
está en relacionar la nostalgia con el tipo de contenido que realicemos en el
marketing. En este caso, vemos que es también muy útil en las siguientes
etapas, cuando tratamos ya con clientes.
Finalmente, veamos el marketing
más olvidado, y sin embargo muy productivo y totalmente necesario: el marketing
una vez lograda la venta, cuando ya es nuestro cliente.
Según los datos de un estudio
reciente, un 86% de los compradores dejarán de realizar nuevas compras a
la empresa si ha habido una mala experiencia con el proceso de compra. Si este
dato es contundente, hemos de considerar que los compradores insatisfechos
transmitirán su opinión a unas 20 personas, mientras que los
clientes satisfechos transmitirán su opinión a 6 o 7 personas, y además suelen
estar dispuestos a hacer de prescriptores de la marca o el producto. El
marketing after sale es absolutamente imprescindible, aunque es el gran
olvidado.
La importancia del marketing
after
sale es tal que aunque se hubiera dado el caso de que el producto
comprado no cubra las expectativas al 100%, si el trato posterior entre el
cliente y la marca es positivo, se lograrán suplir las posibles carencias, y habremos
logrado igualmente fidelizar a ese cliente.
El enfoque del marketing en esta
fase incluye siempre el conocer la opinión del cliente sobre lo que ha
adquirido y darle soporte sobre lo que pueda necesitar adicionalmente, de forma
que el cliente sienta que no solamente ha comprado, sino que ha
establecido un vínculo, lo que le hará ser constante y fiel con la
empresa o la marca si está realmente satisfecho.
En un marketing mal aplicado el
cliente ve demasiado claramente que solamente se le quiere vender. Si el cliente se
siente desamparado una vez hecha la compra, es muy poco probable que quiera
volver a repetir la experiencia.
La empresa o marca ha de provocar
la sensación de que el comprador es importante para ella, y que ha
dedicado tiempo complementario en pensar en sus necesidades. Si no logramos un
vínculo emocional de la empresa con el consumidor, se perderá todo el esfuerzo
y dinero realizados en la transacción.
Recordemos un dato apabullante: cuesta
más de seis veces lograr un cliente nuevo que hacer que un cliente actual vuelva a comprar. Lo
peor de todo es que si se ha perdido a un cliente no va a costar seis veces
recuperarlo, como en el caso de un cliente nuevo, sino que será muy difícil hacer que vuelva
a comprar. Así de importante es el marketing after sale.
Hemos de asegurarnos que el
cliente está satisfecho con lo que ha adquirido y a partir de ese momento
debemos proporcionarle todo el apoyo que necesite sobre el producto o servicio
adquirido, y de esta forma, una vez que el cliente se sienta satisfecho,
atendido y unido al proveedor o empresa, será él mismo el que vendrá a por más
productos o servicios. En el marketing relacional del siglo XXI encontramos un
trato más humano, y de persona a persona, lo que le
convierte en más amigable y satisfactorio, porque el objetivo es mantener al
cliente y captar el valor del cliente de forma vitalicia. Los consumidores
buscan que sus problemas sean resueltos de forma rápida y eficiente, y esto no
podemos arruinarlo por un mal marketing posventa.
Todas las etapas del marketing
son importantes. Si me dieran a elegir apostaría por el marketing after sale,
por ser muy importante, y el más descuidado o peor realizado por las empresas.
El marketing no nace con el
cliente, sino antes del cliente, y no termina con el logro del cliente, sino
que ha de apoyarlo y mimarlo, aún más, tras el logro del cliente.
Como podemos ver, respecto al
cliente, el marketing es atemporal.
P.S. EL título EOM/FDM se refiere a End Of Marketing, en inglés, y Fin Del Marketing, en español.
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