sábado, 17 de octubre de 2015

Los atributos del producto y el marketing



Al ver el gran número de visitas realizadas sobre el post precedente de esta serie, cuando traté del producto, he considerado que es el momento oportuno para dar a conocer los atributos del producto, y así ver su influencia en las estrategias del marketing, y definir las acciones adecuadas de comunicación y ventas.

Como punto de partida, y antes de entrar en mayor detalle, se consideran como atributos del producto los siguientes:

        Imagen
        Calidad
        Garantía

La imagen es lo primero que podemos percibir de un producto. La mayor parte de la percepción será visual, pero también entran en juego otros sentidos, como el tacto, y en determinado tipo de productos, (alimentación), interviene también el gusto. Aunque a la calidad y garantía se les atribuye un mayor peso en una escala de valores, no es menos cierto que en determinados productos (de consumo sobre todo), los sub atributos que integran el macro atributo de la imagen son de gran importancia. Entre ellos podemos seleccionar los sub atributos de tamaño, envase, diseño, forma y color, como más perceptibles, y al que podemos añadir el sub atributo del material. Este es a veces menos perceptible, pero es lógico que no es igual de influyente un material de plástico que uno de oro, por citar ejemplos extremos. Especialmente los de diseño, color y forma son en muchos casos fundamentales para una primera atracción del interés del consumidor por el producto.

Pasando ahora a la calidad, la definimos como el conjunto de características que definen el valor que el consumidor espera que le aporte el producto. Entre ellas destacan:

        Eficacia
        Duración
        Homogeneidad

Obviamente, del producto se espera la eficacia correspondiente a su función, requisito sin el cual el producto no cumple con su cometido ni tendrá éxito en el mercado. Por otra parte, se espera del mismo una determinada duración, por debajo de la cual el producto no satisface las expectativas del cliente.

Otra de las condiciones de la calidad es su homogeneidad, ya que la calidad final percibida y real, de un producto deberá ser siempre la misma en todos los productos.

En este aspecto hay que destacar que la calidad final del producto será igual a la del peor de los componentes. Esto es a veces ignorado por las empresas. Si un producto está bien acabado, con buenos materiales, pero tiene, por citar un ejemplo, un interruptor poco fiable, que falla o dura poco, esto hará que el resto de la buena calidad de los materiales no sirva para nada, echando por tierra toda la calidad del producto.

La garantía es una forma de asegurar al cliente la calidad, duración y seguridad con el producto que ha adquirido, como mínimo durante un determinado periodo de tiempo. En España, legalmente la garantía deberá ser de, al menos, dos años desde la fecha de la compra.  

De hecho, la garantía actualmente constituye un elemento de tipo jurídico que acompaña a la adquisición del producto, mediante la cual el que lo produce o suministra tiene una responsabilidad concreta ante el que lo adquiere, sobre el resultado correcto del producto durante un tiempo determinado.

La garantía tiene, no obstante, determinadas limitaciones, no solamente las referentes al tiempo de duración de la misma, sino otras tales como el desgaste normal y la negligencia o el mal uso.

Hay algo importante a considerar en cuanto a los atributos del producto, (siempre que digo producto es el término genérico que define la oferta de la empresa, que puede ser producto o servicio), y es que el producto que se ofrece al mercado puede definir un contenido básico y otras mejoras, por lo que es frecuente considerar entre los atributos del producto o servicio el básico, el actual y el aumentado o mejorado. Para entenderlo mejor, propongo un ejemplo: un viaje en tren.

El producto base es el transporte de las personas en el trayecto considerado. El producto actual sería el proporcionar una comodidad adicional en los asientos, limpieza del vagón y los asientos, así como una óptima insonorización durante el viaje. El producto  aumentado sería el tener aire acondicionado, poder disponer de WiFi o de servicio de restaurante.

Algunos autores consideran también lo que podría llamarse atributos psicológicos, que se relacionan generalmente con la marca, determinada por el nombre y el logotipo. Cuando una marca ha conseguido una imagen de calidad, psicológicamente se le atribuye dicha calidad, al menos a priori, a sus productos y servicios. En este punto tenemos como muy importantes algunos puntos tales como la logística y los servicios posventa. Unos plazos de entrega adecuados y que se cumplen, y una atención posventa de calidad aportarán un plus en la imagen de la marca.


Obviamente, nadie duda de que los diferentes atributos requieren de diferentes acciones de marketing, complementando a las mencionadas por tipos de productos existentes. El libro “El Logomarketing”, disponible como ebook en Amazon, puede aportar más amplitud de información, que también podréis encontrar visitando mi blog al completo.

viernes, 16 de octubre de 2015

El marketing y el producto




La repetida pregunta retórica de siempre, ¿qué fue primero, el huevo o la gallina? Si consideramos las 4 P’s del marketing, producto, precio, plaza, y promoción, parece claro que lo primero es el producto, sin lo cual aparentemente no hay marketing. Pero si nos atenemos a algunos principios básicos del marketing, el marketing precede al producto, y no se crea al marketing para el producto. El marketing debe existir primero.

Por el momento, esta digresión no nos importa, porque finalmente si no hay producto, no hay nada a lo que poner precio, ni lograr la comunicación ni hacer la distribución.

Podemos considerar producto, desde el punto de vista del marketing, a un determinado bien o servicio que se dirige o puede dirigirse a satisfacer las necesidades de un usuario, real o potencial, abarcando tanto a los  productos tangibles como a los intangibles o servicios.

Los productos han de estar dirigidos a unos usuarios determinados que requieren o utilizan el mismo, o a  unos usuarios potenciales que aún no lo utilizan o no los conocen pero que pueden pasar a disfrutar o disponer del mismo.

Pero, según el tipo de producto, se realizará una aplicación u otra de las acciones de marketing, Según Philip Kotler, la división básica de los productos considera tres grandes grupos: productos de consumo, productos industriales y servicios.

Los productos de consumo son aquellos que se destinan al uso personal, mientras que los productos que se utilizan a nivel empresarial o profesional tienen la calificación de productos industriales. Por otra parte, los Servicios tienen en común con el producto el que se dirige a la satisfacción de las necesidades del usuario. Sin embargo se diferencia del anterior en que no es tangible, no es algo que se pueda tocar. Aporto algunas diferencias:

El producto se fabrica mientras que servicio se presta o suministra, el producto puede almacenarse, pero el servicio no y, mientras que un producto puede ser probado previamente, no existe la posibilidad de una prueba previa de un servicio.

Volviendo a la clasificación de los productos, lo que condicionará su marketing, partiendo de los productos de consumo, hay que considerar cuatro categorías de clasificación primaria:

        Productos de conveniencia
        Productos de consumo duradero
        Productos de especialidad
        Productos no buscados

Los productos de conveniencia pueden ser de compra regular (alimentos, jabón, dentífrico), de compra por impulso (revistas, bombones, pasteles), y productos de emergencia, como pueden ser los paraguas o los chubasqueros.

Los productos de consumo duradero son adquiridos con la idea de una larga vida de utilización, por lo que requieren un proceso largo de decisión por parte del consumidor, que a su vez ha de ser muy estudiada, y que poco o nada impulsiva. Por estas razones, estos productos tienen generalmente un precio bastante superior a los productos de conveniencia.

Los productos denominados de especialidad o novedad son aquellos cuya adquisición se realiza generalmente de forma muy esporádica o poco frecuente, suelen tener un precio elevado, al menos en comparación con los anteriores, la decisión de compra es más compleja y reflexiva, y los puntos de ventas son menos y más exclusivos. La marca suele tener gran influencia en la elección de este tipo de productos. Por ejemplo, un iPad en sus fases iniciales.

La categoría de productos no buscados incluye a aquellos productos más o menos desconocidos o bien que en principio no son buscados por los consumidores, (como por ejemplo, los nuevos productos). Incluso cuando son conocidos no es habitual buscar su adquisición, y suelen requerir de gran promoción para provocar su consumo. Imaginemos en este caso a los relojes de lujo y alto precio.

Los productos industriales son adquiridos porque son necesarios para su proceso o utilización en  un negocio, siendo la principal diferencia entre los productos de consumo y los industriales el fin para el cual se adquieren. De esta forma, puede darse el caso de que un determinado producto puede ser de consumo o industrial si su aplicación final está orientada de una u otra forma. En el caso de una carretilla elevadora, por ejemplo, está claro que un producto industrial, pero en el de un automóvil, por ejemplo, será un producto de consumo cuando sea para uso particular, y es también un producto industrial cuando se utiliza a nivel empresarial para transporte de cualquier tipo.

Considerando la clasificación de Philip Kotler, son productos industriales:

        Materiales y componentes
        Equipamientos
        Suministros
        Servicios derivados

Cada uno de estos apartados tiene a su vez subapartados, siendo para los materiales y componentes los principales: las materias primas, que son los bienes indispensables necesarios en el proceso de producción, (agua, materiales…), y los componentes, que a diferencia de los anteriores, son productos semielaborados o elaborados que se incorporan al producto industrial final, (tales como las piezas, cables, motores…).

En lo referente a los equipamientos, encontramos básicamente a las instalaciones y los bienes de equipo. Podemos considerar entre los equipamientos a las estructuras para la producción de bienes, tales como los edificios, fábricas, naves, oficinas, plataformas…, mientras que los bienes de equipo son los elementos necesarios para producir el producto industrial, como los ordenadores, las máquinas herramientas, los utillajes…

Finalmente, los suministros son los elementos que intervienen en el proceso de producción o elaboración, pero que no se incorporan al producto final, como la electricidad, el gas …

Por cierto, en este punto tenemos que considerar que los servicios, como los suministros, aunque sean necesarios e intervienen en el proceso, tampoco se incorporan al producto final, siendo algunos ejemplos las asesorías externas, los servicios de limpieza, la recogida de residuos…

Espero no haberos cansado en este post, pero estas definiciones de los productos de todo tipo es fundamental para conocer que tipo de marketing tendremos que aplicar y, como puede verse, el marketing está fuertemente vinculado al tipo de producto o servicio.


Dejo para un próximo post el tratar sobre los atributos del producto, algo fundamental como complemento para determinar las estrategias de marketing.

miércoles, 14 de octubre de 2015

El marketing y el usuario objetivo



Tras haber analizado el valor de la comunicación en el marketing y tras seleccionar la mejor alternativa para la transmisión del mensaje de marketing, lo inmediato es conocer a quién hay que dirigirlo. Esto, en marketing, es el público objetivo o target.

Cuando una empresa diseña un producto o servicio concreto, se supone que se ha orientado hacia un determinado tipo de personas, o empresas, que deben ser los potenciales compradores o consumidores del mismo. Este es el público objetivo potencial. Si la empresa ya posee actualmente clientes o consumidores para este tipo de producto y los unimos al público potencial, ambos colectivos constituyen lo que llamamos el público objetivo.

Cualquier acción de comunicación indiscriminada lleva generalmente a un derroche innecesario de recursos, y para evitarlo es necesario que las acciones se dirijan al público objetivo al que va destinado el mensaje.

El target group o grupo objetivo es el segmento ideal de la demanda al que ha de dirigirse un producto o un servicio. Inicialmente, se determina a partir de diversos criterios demográficos como edad, género y variables socioeconómicas.

Las variables más frecuentes a considerar para establecer adecuadamente el público objetivo son: nivel cultural, nivel socioeconómico, profesión u ocupación y religión, así como los hábitos de consumo, de compra y de utilización de los medios de comunicación.

Vista la importancia de la determinación del público objetivo, una de las primeras actividades del marketing consiste en determinar cuál es el target real, para  dirigir al mismo las estrategias de comunicación, pues ya hemos visto que con estrategias indiferenciadas no es posible lograr un buen acercamiento al cliente, dificultando los planes de fidelización. Sin embargo, orientando la comunicación hacia el público objetivo es mucho más fácil lograr la venta, así como fidelizar a los clientes  posteriormente.

Entre los criterios más completos de determinación y segmentación del público objetivo se encuentra el considerar también determinados criterios socioeconómicos, como la educación recibida, clase social, tipo de trabajo u ocupación y niveles de ingresos.

También pueden considerarse los criterios geográficos en todos aquellos casos que pueden detectar distintos tipos de comportamiento del usuario en función del lugar donde reside, sea a nivel nacional o regional, así como a veces se consideran las razones locales climáticas, para algunos tipos de productos o servicios concretos.

Un paso más en la segmentación es la que considera la segmentación por criterios complementarios a los anteriores, con un nivel de detalle personal más completo, ya que considera la personalidad del individuo, su estilo de vida, la clase social a la que pertenece y una escala de valores, que entran de lleno en un mayor conocimiento de público objetivo.

En todo caso, la segmentación ideal siempre deberá ser multicriterio, recogiendo las segmentaciones mencionadas y agrupándolas convenientemente para una mejor determinación. En todo caso, cada producto, servicio o tipo de campaña concretos  requerirá diferentes criterios a elegir por parte de la empresa, y en base a la información de que disponga sobre el usuario se podrá realizar la segmentación más conveniente. En todo caso, hay que considerar que cuanto más definido esté el público objetivo, más adecuada y efectiva será la campaña de comunicación o publicidad.

No obstante, y como ocurre con todo, cuanto más completa y detallada sea la determinación del público objetivo, más recursos hay que destinarle, es decir será más caro, por lo que, según las posibilidades existentes y recursos disponibles, la determinación del público objetivo tendrá un mayor o menor nivel de acercamiento al ideal. Eso sí, siempre recordando que una comunicación o campaña indiscriminada siempre va a suponer un despilfarro de recursos, mientras que el mayor gasto inicial que realicemos en establecer un público objetivo bien diseñado siempre redundará en un mayor volumen de aciertos en la consecución de respuestas por parte del consumidor, es decir, un mayor volumen de ventas, en definitiva.

De esta manera quiero destacar la importancia para el departamento de marketing del establecimiento del público objetivo real, evitando gastos superfluos en las campañas de marketing y comunicación indiscriminadas o inadecuadas.


Para ampliar y complementar estos conocimientos se puede acudir al resto de los post de este blog, así como a mi libro “El logomarketing”, publicado como ebook recientemente y disponible en Amazon.

domingo, 11 de octubre de 2015

El ciclo de vida y la publicidad




La publicidad es una de las formas de comunicación más utilizadas en marketing, y  consiste en la aplicación de un conjunto de técnicas de comunicación orientadas a convencer al potencial usuario de las características positivas de un producto o servicio, o bien pata potenciar la imagen de la empresa o de una marca en general.

Una publicidad bien aplicada deberá estar apoyada por la realización previa de un análisis de mercado, para conocer el entorno en que se mueve los tres factores a considerar, la empresa, la competencia y el consumidor o usuario.

Una investigación en el mercado debería ser seguida por un análisis DAFO de la empresa, (DAFO = Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades), de forma que conozcamos los puntos fuertes de la misma para destacarlos y favorecer la marca y la venta de sus productos y servicios, y por el otro lado, ser capaz de sacar el máximo partido posible en la minimización de los puntos débiles.

Ciñéndonos al objeto de este post, para una buena campaña de publicidad, además de los conceptos mencionados anteriormente, hay que tener en cuenta siempre el ciclo de vida del producto o servicio, ya que la publicidad variará enormemente según el momento en que se encuentre la empresa y, especialmente, de la fase del ciclo de vida del producto a comercializar, puesto que los objetivos publicitarios se crearán en función del ciclo de vida del producto y se aplican de forma diferente según la fase en que se encuentren.

Las fases del ciclo de vida de un producto, que determinan las acciones que hay que realizar por el marketing son las siguientes:  

·       Fase de introducción
·       Fase de crecimiento
·       Fase de madurez
·       Fase de declive

Fase de introducción

En esta fase hay que dar a conocer el producto, es conveniente realizar demostraciones del prueba, buscando provocar una disposición hacia la compra, y hay que involucrar al canal de distribución.

Fase de crecimiento

Durante la fase de crecimiento, el producto ya es conocido en muchos ambientes, pero hay que continuar dando a conocer las ventajas del producto, reforzar los puntos fuertes del producto, crear un hábito de compra entre los clientes y dar a conocer el posicionamiento del producto en el mercado.

De esta forma reforzamos la imagen de un producto o servicio al que dimos a conocer en la fase de introducción. Pero resulta bastante necesario reforzar en esta fase todo lo conseguido en la primera.

Fase de madurez

Cuando se alcanza la fase de madurez, el producto se vende “sólo”, pero para que todo siga adelante, es muy necesario hacer algunas acciones como: publicidad de refuerzo del producto (impedir el olvido), mantenimiento del hábito de compra (asiduidad de compra) y efectuar un análisis de comportamiento del cliente. De esta forma evitaremos sorpresas.

Fase de declive

Cuando un producto alcanza la fase de declive, lo hace por diversas razones, por que se ha quedado anticuado o porque el mercado ofrece mejores soluciones o productos dentro del entorno y de los precios en que nos movemos.

Por tanto, antes de descatalogar el producto, y para obtener los mayores beneficios posibles, deberíamos realizar acciones tales como: reducción paulatina de la publicidad, creación de nuevas utilizaciones del producto, hacer un análisis de comportamiento del cliente, y promocionar la compra repetitiva.


Eso sí, tan pronto como un producto o servicio haya llegado a su fase de declive, debemos tener un producto sustitutivo, con mejores características que el anterior, para ponerlo en el mercado antes de la eliminación del anterior, o de la etapa de coexistencia de ambos.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Comunicar es vender



Todos tenemos muy claro la importancia de la comunicación en la vida de las personas, o de las empresas. Sin comunicación podemos entender que no hay vida. Voy a dar un repaso en el post de hoy para conocerla mejor.

A nivel de marketing, la comunicación es una de las cuatro grandes variables integrantes del marketing mix, junto con el producto, el precio y la distribución.

No resulta difícil adivinar la importancia que tiene la comunicación para darse a conocer, bien sea la propia empresa, la marca, o los productos o servicios que se comercialicen, con el fin de conseguir su colocación en el mercado y provocar su adquisición por los potenciales consumidores.

Un buen mensaje de comunicación, (AIDA), tiene que buscar:  

        Atención
        Interés
        Deseo
        Adquisición

El mensaje emitido debe lograr la atención del potencial consumidor. En caso contrario, el mensaje es inservible. Si queremos que el mensaje sea positivo, además de captar la atención deberá atraer un interés sobre lo que se transmite. Estas dos etapas son absolutamente imprescindibles para lograr las dos siguientes, donde debe lograrse el objetivo perseguido, que no es otro que lograr que nuestro producto o servicio sea adquirido, para lo cual esas dos fases primeras deberán conseguir que las siguientes, y especialmente la última, sean el fin necesario para que un mensaje de comunicación sea realmente útil. Por tanto, tras haber logrado captar la atención de la persona, y estimulado su interés, el paso siguiente es hacer que sienta deseo por poseer el producto o servicio ofrecido en el mensaje y, definitivamente, este deseo siempre debería llevar a la adquisición del mismo.

La creación del mensaje de comunicación deberá cumplimentar los requisitos del proceso de compra.

El proceso de compra parte de que en la mente del consumidor deben producirse cuatro acciones, que enlazan con los objetivos que ha de cumplir el mensaje de comunicación. Estas fases son:

·       Reconocimiento de una necesidad (Enlaza con el proceso de atención)
·       Búsqueda de una solución (Enlaza con la fase de interés)
·       Evaluación de alternativas (Enlaza con la fase de deseo)
·       Decisión de compra (Fase de adquisición)

Si no hay una necesidad, aunque sea latente, es imposible la compra. Cuando un potencial consumidor detecta que tiene una necesidad, el siguiente paso que habrá de dar es intentar buscar una solución, para lo cual evaluará las alternativas que hay en el mercado y, tras la misma, proceder a la decisión de adquirir el producto o servicio que satisfaga su necesidad, en la mayor medida posible.

Es decir, el mensaje de comunicación nace de las necesidades reales de un potencial  consumidor, que buscará soluciones a su necesidad. Si las soluciones existen en el mercado, el mensaje de comunicación le dirá al consumidor las soluciones que le propone. Si se diese el caso de que no existen soluciones para los deseos del consumidor, la empresa buscará el producto que mejor se adapte a dichas necesidades, o su es posible lo creará para satisfacerlas del todo.

Consecuentemente, la comunicación empresarial deberá contribuir al conocimiento de los productos o servicios del mismo de la empresa o marca, debe hacer énfasis en las características diferenciadoras respecto a la competencia, y además mantener el posicionamiento y prestigio de la marca, en el verdadero público objetivo.

A todos nos viene a la cabeza, en primer lugar, la publicidad como forma de comunicación empresarial. Sin embargo, existen muchas formas de comunicación, entre las cuales pueden destacarse las siguientes:

·       Publicidad
·       Relaciones públicas
·       Patrocinio y mecenazgo
·       Promoción
·       Merchandising
·       Marketing directo
·       Internet

Creo que es mejor que la descripción y formas de uso de las mismas en este momento, que sea objeto de otro post posterior, mientras aprovechamos lo visto en este para meditar individualmente en algo tan importante como son el mensaje de comunicación y el proceso de compra. Ambos conceptos constituyen una buena parte de la misión del marketing

lunes, 5 de octubre de 2015

El juego del marketing





Para los que seguís este blog, que pretende ser un meeting point para las personas que utilizan el marketing, o que desean saber más sobre el mismo. Quiero aclarar que por su propia esencia, no es una sucesión cronológica de la evolución del marketing, sino aportaciones periódicas donde todos podamos comentar opiniones y aplicaciones.

Lo he titulado “el juego de marketing” porque en este post voy a hablar sobre el advergaming como arma de marketing.

Es cierto que se considera que el advergaming, que es la utilización de los juegos como elemento de marketing bastante efectivo, como algo nacido en 1982, siendo estos primeros juegos utilizados para promocionar películas, cuyo ejemplo más conocido fue el de TRON, para la película de Disney del mismo nombre, seguido por Star Trek, igualmente para promocionar esa película. Luego se fueron incorporando la inclusión de logotipos de marcas dentro de los juegos, con la gran aportación que aportaba a la marca la presencia constante del logo.

No obstante, la profesionalización de los advergames correspondió al periodo desde 1995 al 2001, cuando comenzaron a crearse empresas dedicadas a la creación de los advergames.

Según Wikipedia, la madurez del advergaming comenzó alrededor del año 2002, cuando se creó la empresa Massive Incorporated, dedicada a la gestión de emplazamientos de marcas en juegos de video online. Desde el 2003 la industria del advergame siguió creciendo, y a las promociones de películas cinematográficas se les sumaron las de series televisivas y en 2005 comienzan a revivirse también películas clásicas. Para el 2006 esta modalidad publicitaria alcanza su madurez.

Según diversos estudios de marketing se reconoce claramente la eficacia del advergaming, creándose una constante demanda de esta industria. Hoy día, el advergaming es una de las herramientas que los departamentos de marketing bien informados tiene en su cartera de elementos a utilizar en sus estrategias.

Hemos de tener en cuenta que el papel del usuario es fundamental en el advergaming, ya que está participando en primera persona en el juego. Volviendo a las explicaciones de Wikipedia, “el advergaming, como juego publicitario, va mucho más allá, busca crear un ambiente en el cliente que le acerque a la marca o producto. En este caso, todos los detalles son importantes desde la imagen hasta el sonido o el propio objetivo del juego. El advergaming, como juego publicitario, combina eficiencia (para reducir la inversión) y arte (componente esencial de la publicidad). El componente artístico será indispensable para transmitir la marca o producto, y para ello dispondremos no sólo de la parte gráfica sino que además el sonido envolverá al usuario. La eficacia de esta idea está demostrada por los elevados tiempos de contacto entre la marca y el cliente, que son imposibles de lograr con otros medios. Existen también otros factores como la mayor atención del usuario, lograda gracias al factor interactivo, la predisposición positiva por parte del público, que busca exponerse voluntariamente a la publicidad como medio de entretenimiento, la mejor integración de la marca, la interacción con la marca, la mejora en la durabilidad y la gran viralidad de los juegos online, que son compartidos y recomendados por los mismos usuarios”.

“Por otro lado, el advergame y la publicidad interactiva en general, han cambiado completamente el paradigma publicitario vigente en los medios tradicionales, pasando de la uni-direccionalidad, es decir, la emisión del mensaje sin respuesta inmediata, a la bi-direccionalidad, donde la comunicación se da en ambas direcciones, obteniendo respuestas inmediatas. También se ha pasado desde el principio de separación entre información y publicidad a la hibridación de ambos. Como mensaje híbrido tiene la ventaja de integrar la publicidad con el contenido, sin interrumpirlo y sin causar molestias al espectador, quien seguirá viendo el anuncio, (juego), mientras éste lo entretenga. Y finalmente la intencionalidad persuasiva se ha transformado en la experiencia lúdica. Esto quiere decir que ya no se invita al posible consumidor sólo a ver y "desear", sino que también a experimentar y divertirse al mismo tiempo”.

Estas son las características que hacen del advergaming un elemento utilísimo en el marketing, especialmente por el hecho de que con el advergame el propio usuario está “solicitando” el anuncio, con lo que el mismo deja de ser invasivo, como es el caso de otros mensajes de marketing, generalmente no deseados, para pasar a ser parte del propio juego.


Aunque en su forma actual parece algo nuevo, los que tengan más edad podrán recordar aquellos álbumes coleccionables tan interesantes, (y siempre con aquel cromo concreto que costaba mucho conseguir, que no salía nunca), donde las marcas captaban adeptos fieles, al menos mientras se rellenaban todos los cromos. Cromos que, cómo no, estaban dentro de los productos de la marca, en muchos casos. Esto todavía se utiliza en la actualidad.

sábado, 3 de octubre de 2015

El marketing y el BYOD




Es verdad que resulta muy cómodo, tanto que se ha convertido en un quebradero de cabeza para la seguridad de las empresas.

Resulta muy cómodo utilizar tu propio ordenador o dispositivo, (tableta, teléfono inteligente), también en el trabajo. Se ha convertido en algo muy frecuente. De forma que las aguas andan revueltas. Las cosas del trabajo y las cosas personales en cierta medida, se encuentran en nuestros dispositivos, con lo que es muy fácil llevarse el trabajo a casa, o tener a mano en el trabajo nuestras propias cosas, sin andar cambiando.

Esto es el BYOD, siglas surgidas del uso creciente de la utilización por el usuario de sus propios dispositivos, (BYOD es el acrónimo de Bring Your Own Device, o llevar el propio dispositivo), lo que favorece notablemente el marketing móvil, por el hecho constatado de que cada vez resulta más frecuente que cada empleado o persona utilice su propio dispositivo personal en el trabajo. Esto significa que se opera o trabaja cada vez más con dispositivos móviles, en detrimento de los ordenadores fijos o estáticos.


Utilizando como complemento la definición de Wikipedia, “BYOD Bring your Own Device, (en castellano trae tu propio dispositivo), es una política empresarial donde los empleados llevan sus propios dispositivos a su lugar de trabajo para tener acceso a recursos de la empresa tales como correos electrónicos, bases de datos y archivos en servidores así como data y aplicaciones personales. También se le conoce como "Bring your own technology" o trae tu propia tecnología en castellano, ya que de esta manera se expresa un fenómeno mucho más amplio ya que no sólo cubre al equipo sino que también cubre al software”.

Desde nuestro punto de vista del marketing, objeto de este blog, este fenómeno ha de ser aprovechado por el marketing moderno, ya que los dispositivos móviles tienen algunas características diferenciadoras, o al menos no son totalmente iguales a los dispositivos fijos u ordenadores de mesa. Por otra parte, se han ido creando  constantemente, y es una tendencia creciente, aplicaciones determinadas adaptadas a los dispositivos móviles. Cualquiera que tenga un teléfono móvil inteligente sabe perfectamente de qué estamos hablando, o un iPad o tablet, donde cada vez se tiende más a volcar los datos de su trabajo, y continúa con ellos en el metro, en el tren o avión. Los periódicos y publicaciones, los bancos, las redes sociales, (Twitter, Facebook, LinkedIn…), crean aplicaciones concretas para los dispositivos móviles, dada su mayor utilización, que además crece cada día.

¿Cómo va a ignorar el marketing actual esta excelente fuente de contacto con el potencial consumidor?

Si consideramos que las aplicaciones “en la nube” permiten tener toda la información disponible en todos los dispositivos que tengamos conectados, desde la puramente personal a la profesional, gracias al BYOD podemos tener algunas acciones de marketing, como la emisión de un cupón de descuento, que cuando nos llega a nuestro ordenador de sobremesa, habríamos de imprimirlo y llevar e cupón posteriormente impreso al lugar donde hay que recoger la oferta o promoción, pero si lo tenemos disponible en nuestro dispositivo móvil, lo podremos aplicar directamente desde nuestro dispositivo móvil, el mismo teléfono inteligente, por ejemplo, al canal que nos hace la oferta, por ejemplo, con un código QR que se envía a nuestro teléfono móvil y que puede ser leído por la empresa que realiza la promoción y proporcionarnos directamente el descuento ofrecido en el cupón. Recordemos que, como veremos más adelante, también con las tecnologías móviles existentes, se puede pagar directamente con el teléfono móvil, sin necesidad de dinero ni tarjetas. Esto enriquece notablemente las posibilidades del marketing moderno.

Hoy, mientras estamos leyendo esto, estamos recibiendo diversas promociones de marketing aprovechables directamente. Esto es marketing actual.

Podremos profundizar más en este tema o, lo que es más probable, complementar este post con el advergaming en un futuro cercano.


No obstante, vuestros comentarios son muy valiosos para orientar el contenido siguiente de este blog, que espero resulte de utilidad.