Al ver el gran número de visitas
realizadas sobre el post precedente de esta serie, cuando traté del producto,
he considerado que es el momento oportuno para dar a conocer los atributos del
producto, y así ver su influencia en las estrategias del marketing, y definir
las acciones adecuadas de comunicación y ventas.
Como punto de partida, y antes de
entrar en mayor detalle, se consideran como atributos del producto los
siguientes:
•
Imagen
•
Calidad
•
Garantía
La imagen es lo primero que
podemos percibir de un producto. La mayor parte de la percepción será visual,
pero también entran en juego otros sentidos, como el tacto, y en determinado
tipo de productos, (alimentación), interviene también el gusto. Aunque a la calidad
y garantía se les atribuye un mayor peso en una escala de valores, no es menos cierto
que en determinados productos (de consumo sobre todo), los sub atributos que
integran el macro atributo de la imagen son de gran importancia. Entre ellos podemos
seleccionar los sub atributos de tamaño, envase, diseño, forma y color, como
más perceptibles, y al que podemos añadir el sub atributo del material. Este es
a veces menos perceptible, pero es lógico que no es igual de influyente un
material de plástico que uno de oro, por citar ejemplos extremos. Especialmente
los de diseño, color y forma son en muchos casos fundamentales para una primera
atracción del interés del consumidor por el producto.
Pasando ahora a la calidad,
la definimos como el conjunto de características que definen el valor que el
consumidor espera que le aporte el producto. Entre ellas destacan:
•
Eficacia
•
Duración
•
Homogeneidad
Obviamente, del producto se
espera la eficacia correspondiente a su función, requisito sin el cual el
producto no cumple con su cometido ni tendrá éxito en el mercado. Por otra
parte, se espera del mismo una determinada duración, por debajo de la cual el
producto no satisface las expectativas del cliente.
Otra de las condiciones de la
calidad es su homogeneidad, ya que la calidad final percibida y real, de un
producto deberá ser siempre la misma en todos los productos.
En este aspecto hay que destacar
que la calidad final del producto será igual a la del peor de los componentes. Esto
es a veces ignorado por las empresas. Si un producto está bien acabado, con
buenos materiales, pero tiene, por citar un ejemplo, un interruptor poco
fiable, que falla o dura poco, esto hará que el resto de la buena calidad de
los materiales no sirva para nada, echando por tierra toda la calidad del
producto.
La garantía es una forma de
asegurar al cliente la calidad, duración y seguridad con el producto que ha
adquirido, como mínimo durante un determinado periodo de tiempo. En España,
legalmente la garantía deberá ser de, al menos, dos años desde la fecha de la
compra.
De hecho, la garantía actualmente
constituye un elemento de tipo jurídico que acompaña a la adquisición del
producto, mediante la cual el que lo produce o suministra tiene una
responsabilidad concreta ante el que lo adquiere, sobre el resultado correcto del
producto durante un tiempo determinado.
La garantía tiene, no obstante,
determinadas limitaciones, no solamente las referentes al tiempo de duración de
la misma, sino otras tales como el desgaste normal y la negligencia o el mal
uso.
Hay algo importante a considerar
en cuanto a los atributos del producto, (siempre que digo producto es el
término genérico que define la oferta de la empresa, que puede ser producto o
servicio), y es que el producto que se ofrece al mercado puede definir un
contenido básico y otras mejoras, por lo que es frecuente considerar entre los
atributos del producto o servicio el básico, el actual y el aumentado o
mejorado. Para entenderlo mejor, propongo un ejemplo: un viaje en tren.
El producto base es el transporte de
las personas en el trayecto considerado. El producto actual sería el
proporcionar una comodidad adicional en los asientos, limpieza del vagón y los
asientos, así como una óptima insonorización durante el viaje. El producto aumentado sería el tener aire
acondicionado, poder disponer de WiFi o de servicio de restaurante.
Algunos autores consideran
también lo que podría llamarse atributos psicológicos, que se relacionan
generalmente con la marca, determinada por el nombre y el logotipo. Cuando una
marca ha conseguido una imagen de calidad, psicológicamente se le atribuye
dicha calidad, al menos a priori, a sus productos y servicios. En este punto tenemos
como muy importantes algunos puntos tales como la logística y los servicios posventa.
Unos plazos de entrega adecuados y que se cumplen, y una atención posventa de
calidad aportarán un plus en la imagen de la marca.
Obviamente, nadie duda de que los
diferentes atributos requieren de diferentes acciones de marketing,
complementando a las mencionadas por tipos de productos existentes. El libro “El
Logomarketing”, disponible como ebook en Amazon, puede aportar más amplitud de información,
que también podréis encontrar visitando mi blog al completo.
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