domingo, 11 de octubre de 2015

El ciclo de vida y la publicidad




La publicidad es una de las formas de comunicación más utilizadas en marketing, y  consiste en la aplicación de un conjunto de técnicas de comunicación orientadas a convencer al potencial usuario de las características positivas de un producto o servicio, o bien pata potenciar la imagen de la empresa o de una marca en general.

Una publicidad bien aplicada deberá estar apoyada por la realización previa de un análisis de mercado, para conocer el entorno en que se mueve los tres factores a considerar, la empresa, la competencia y el consumidor o usuario.

Una investigación en el mercado debería ser seguida por un análisis DAFO de la empresa, (DAFO = Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades), de forma que conozcamos los puntos fuertes de la misma para destacarlos y favorecer la marca y la venta de sus productos y servicios, y por el otro lado, ser capaz de sacar el máximo partido posible en la minimización de los puntos débiles.

Ciñéndonos al objeto de este post, para una buena campaña de publicidad, además de los conceptos mencionados anteriormente, hay que tener en cuenta siempre el ciclo de vida del producto o servicio, ya que la publicidad variará enormemente según el momento en que se encuentre la empresa y, especialmente, de la fase del ciclo de vida del producto a comercializar, puesto que los objetivos publicitarios se crearán en función del ciclo de vida del producto y se aplican de forma diferente según la fase en que se encuentren.

Las fases del ciclo de vida de un producto, que determinan las acciones que hay que realizar por el marketing son las siguientes:  

·       Fase de introducción
·       Fase de crecimiento
·       Fase de madurez
·       Fase de declive

Fase de introducción

En esta fase hay que dar a conocer el producto, es conveniente realizar demostraciones del prueba, buscando provocar una disposición hacia la compra, y hay que involucrar al canal de distribución.

Fase de crecimiento

Durante la fase de crecimiento, el producto ya es conocido en muchos ambientes, pero hay que continuar dando a conocer las ventajas del producto, reforzar los puntos fuertes del producto, crear un hábito de compra entre los clientes y dar a conocer el posicionamiento del producto en el mercado.

De esta forma reforzamos la imagen de un producto o servicio al que dimos a conocer en la fase de introducción. Pero resulta bastante necesario reforzar en esta fase todo lo conseguido en la primera.

Fase de madurez

Cuando se alcanza la fase de madurez, el producto se vende “sólo”, pero para que todo siga adelante, es muy necesario hacer algunas acciones como: publicidad de refuerzo del producto (impedir el olvido), mantenimiento del hábito de compra (asiduidad de compra) y efectuar un análisis de comportamiento del cliente. De esta forma evitaremos sorpresas.

Fase de declive

Cuando un producto alcanza la fase de declive, lo hace por diversas razones, por que se ha quedado anticuado o porque el mercado ofrece mejores soluciones o productos dentro del entorno y de los precios en que nos movemos.

Por tanto, antes de descatalogar el producto, y para obtener los mayores beneficios posibles, deberíamos realizar acciones tales como: reducción paulatina de la publicidad, creación de nuevas utilizaciones del producto, hacer un análisis de comportamiento del cliente, y promocionar la compra repetitiva.


Eso sí, tan pronto como un producto o servicio haya llegado a su fase de declive, debemos tener un producto sustitutivo, con mejores características que el anterior, para ponerlo en el mercado antes de la eliminación del anterior, o de la etapa de coexistencia de ambos.

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