jueves, 19 de noviembre de 2015

Tengo un servicio... ¿y ahora qué?




Sabemos que una variante del producto es el Servicio, y como diferente que es requiere un marketing diferente. Las empresas de servicios se han incrementado notablemente en los últimos años, al pasar nuestra sociedad desde la época industrial a la era de la información.

El mercado de los servicios se caracteriza por una tremenda heterogeneidad, lo que dificulta la aplicación homogénea de políticas de marketing en este entorno. Por estas razones, los servicios requieren una estrategia de marketing diferente a la del mercado de productos.

El servicio no suele prestarse sólo, sino que se considera generalmente a un servicio básico, el que se espera del servicio, pero suelen existir los servicios asociados, que pueden ser imprescindibles para la prestación del básico y que aportan calidad, diferenciación y estilo a la empresa, a la vez que pueden existir los servicios complementarios, que poseen la cualidad de no ser imprescindibles, pero aportan un notable valor añadido.

En el caso de un hotel, por ejemplo, el servicio principal es proporcionar alojamiento, (habitación), y los servicios asociados son los proporcionan ayudas al cliente, como los mozos o los conserjes, y los servicios complementarios pueden ser el restaurante, la cafetería, la piscina, etc.

El servicio no es un bien tangible en sí mismo, lo cual lo diferencia del producto elaborado. Una de las características del producto es que puede almacenarse y hacer acopio para épocas de mayor demanda mientras que el servicio ha de crearse ad hoc cada vez, incluso aunque sea un servicio estandarizado y repetitivo.

Por tanto, las características que definen al mercado de servicios son las siguientes:

        Intangibilidad
        Inseparabilidad
        Eventualidad
        Heterogeneidad

La intangibilidad es una de las características que más claramente definen al servicio, por contraposición al producto. Mientras que un producto se puede utilizar y poseer, el servicio se utiliza pero no se posee ni es tangible.

La inseparabilidad es otra característica del servicio: la realización o producción del servicio y su utilización son inseparables, de forma que quien recibe el servicio está en contacto directo con quien se lo presta. La comunicación e interacción es directa, a diferencia de los productos que se producen, se almacenan, se distribuyen y se utilizan en otras ocasiones de lugar y tiempo, sin contacto directo alguno entre proveedor y el consumidor o usuario.

La eventualidad es otra característica diferenciadora de los servicios frente a un producto tangible. Mientras que el producto puede guardarse para ser utilizado en otro momento, un servicio se utiliza o no se utiliza, pero no se puede guardar. El servicio no utilizado se pierde, siendo esta una característica típica de los servicios y que tiene una  gran influencia en la elaboración de los costes de los mismos.

Como ya conocemos, la heterogeneidad es consustancial a los servicios, ya que nunca un servicio es igual a otro. Indudablemente no es lo mismo un avión, tren o autobús que realice un viaje con todas sus plazas ocupadas o que vaya medio vacío. En el primer caso realizará un servicio rentable y en el segundo no. En el caso de los productos, los no utilizados en una ocasión pueden ser utilizados en otra, mientras que las plazas no ocupadas en los medios de transporte mencionados es una pérdida que ya no se puede recuperar por muy llenos que vayan los siguientes.

El servicio tiene unas características muy especiales como se ha descrito anteriormente, que se acompañan de una serie de servidumbres inherentes a las mismas.

Entre ellas hemos de considerar que la idea de servicio raramente es considerada en un único sentido, ya que un servicio suele ir asociado a otros servicios complementarios, dada su complejidad. El mayor o menor número de servicios asociados de un servicio principal o básico es un carácter diferenciador y competitivo entre empresas de este segmento, independientemente o no de que puedan ser facturados aparte del servicio principal, o bien darlos complementariamente al servicio principal, sin cargo.

Las empresas de servicios dependen en mayor manera de las personas que las empresas que elaboran productos. Si en la fabricación de productos las personas pueden ser importantes, en las empresas de servicios las personas pasan a ser la parte fundamental, tanto por el factor humano en sí mismo, como especialmente a nivel de costes.

Del mismo modo, la infraestructura de la empresa de servicios es de alta importancia en este segmento. Los edificios de los bancos u otras empresas de servicios consideran de gran importancia la localización, estructura interna, diseño y tamaño, así como en el caso de los medios de transporte se han de considerar la calidad, presentación, tecnología y comodidad.

Todo lo que antecede resulta lógico si tenemos en cuenta que, ante la carencia de un producto concreto, el vehículo de comunicación de la calidad de la empresa de servicios lo constituyen las personas y las infraestructuras de prestación y base estructural de las oficinas y demás instalaciones. Todos podemos ver como las empresas de servicios ofrecen unos edificios con determinadas características de localización, comodidad y aspecto externo de calidad y belleza arquitectónica, mientras que en las empresas industriales las instalaciones pueden, suelen, ser “menos bonitas”.

De esta forma, existe una fuerte interacción entre el proveedor del servicio y el usuario del mismo, con algunos matices diferenciadores derivados del modo en que se realiza la prestación del servicio por el proveedor. Se dan tres casos en los servicios:

        El cliente acude al servicio
        El servicio va al cliente
        Comunicación remota

En todos los casos existen dos modalidades, único o múltiple, en lo que respecta a los lugares de prestación del servicio por parte del proveedor.

En el primer caso, cliente acude al servicio, se encuentran el cine, teatro, peluquería y otros similares para lugar único, siendo las cadenas de restaurantes (McDonald’s, Burger King) o la red de autobuses o trenes las que consideran lugares múltiples.

Cuando es el servicio el que va al cliente, se considera lugar único cuando el servicio se desplaza a un lugar para un usuario concreto, como puede ser cuando se llama a un fontanero, y lugar múltiple en el caso de un cartero, repartiendo a todos.

Como ejemplos de servicio de prestación remota podemos considerar las tarjetas de crédito, la venta a distancia, la radio y la televisión.

Los elementos del marketing mix en los servicios tienen lógicamente distinto grado de influencia en el sector servicios.

Como resumen, los servicios se caracterizan por:

        Intangibilidad – Un servicio no es tangible, como el producto
        Eventualidad – El servicio se usa de forma esporádica
        Inseparabilidad – El servicio no puede separarse
        Heterogeneidad – Un servicio no es nunca igual a otro
        Básico – Asociados – Complementarios

El Precio en los servicios

Por sus particulares características, en los servicios el precio es más difícil de evaluar por el consumidor, en base a:

        Mayor dificultad del usuario para entender el valor real
        Ignorancia de los costes
        Escasa percepción de personas/rapidez/medios necesarios
        Menos parámetros comparativos
        Ofertas heterogéneas

La Comunicación en los servicios

        Mayor importancia por su intangibilidad
        Corporativa
        Informativa

La Distribución en los servicios

        Canales especializados
        Importancia de la localización
        Accesibilidad
        Acercamiento al usuario por localización múltiple
        Consideración de intermediario
        Imagen de idéntica calidad
        Imagen homogénea

En cuanto a la comunicación la diferencia entre la corporativa y la informativa, es que la primera involucra a toda la empresa, y generalmente lo que se comunica es la imagen, las señas de identidad corporativa, por lo que el apoyo de los edificios y cómo están diseñados o su decoración interior, forman parte de esta comunicación corporativa. Las empresas de servicios, en general, tienen mejores o diferenciados edificios, ya desde el exterior, mejor situados, y notables adelantos o diseño en el interior.


Por otra parte, la comunicación informativa trata de procurar que los usuarios, tanto los  usuales como los potenciales, conozcan el servicio en sí mismo, sus características, ventajas y posibilidades.

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