En las clases de Marketing
recuerdo que muchos alumnos decían que cuantos más disparos se efectúen, más
probable es conseguir una pieza. Esto no es aplicable ni siquiera en el caso de
una competición de caza, cuanto menos en el caso del Marketing, según sea lo
que hay que promocionar.
Un cazador no va a cualquier
parte de un campo con una ametralladora, esperando que a base de disparar
indiscriminadamente, logrará sus piezas. Es cierto que por azar podría lograr
varios objetivos pero… ¿útiles? Si un cazador ve una bandada de pájaros, la
posibilidad de darle a alguno con disparos indiscriminados es francamente baja,
mientras que un cazador que está en un coto, y al que su perro le acerca la
caza al lugar conveniente, tiene todas las posibilidades de lograrlo.
En definitiva, extrapolando esto
al mundo del marketing nos muestra las diferencias de que existen entre
realizar un marketing general o masivo, basado en estrategias generales, o un
marketing selectivo, bien orientado hacia el objetivo adecuado.
Se suelen considerar entre las
estrategias de marketing tres grados o categorías, aunque yo considero otras
razones además de las llamadas tres clásicas, que describiré después. Las clásicas suelen ser: intensiva,
selectiva y exclusiva.
En el marketing intensivo el
objetivo llegar al mayor número posible de personas. Lo más frecuente es que
sean productos de interés general, generalmente de uso frecuente, consumidos o
utilizados de manera habitual.
En el caso de productos de
consumo impulsivo aunque cotidiano, como los snacks, chicles, golosinas, además
de en los clásicos supermercados, el marketing alcanza incluso a lugares como
las gasolineras, máquinas expendedoras en colegios, universidades, bibliotecas
etc.. Es un marketing de ciclo largo, como vemos en el gráfico adjunto.
El marketing selectivo selecciona
mucho más el público al que se dirige, por lo que hay que conocer mejor al público
objetivo. Generalmente, el marketing selectivo se habrá de ceñir a un mejor
conocimiento del usuario final real, de forma que los mensajes estarán mejor
dirigidos, y el uso de los ciclos cortos de distribución, ya que eliminamos
deliberadamente el dirigirnos a mercados masivos. De esta forma eligiendo con
cuidado ciertos canales de comercialización selectivos, proporcionamos al cliente la sensación de que está
siendo tratado de forma cuidada y particularizada.
En la distribución selectiva
seleccionamos los mejores puntos de venta para el producto o la marca en cada
lugar. Esta estrategia permite una clara diferenciación al situar nuestro
producto en sitios seleccionados, dando una imagen de producto selecto y
exclusivo al estar presente solamente en esos sitios.
Con esta estrategia renunciamos a
otros puntos de venta, (porque no nos interesan), pero tenemos que considerar
dos elementos fundamentales: esta estrategia de marketing selectivo nos permite
unos precios superiores, basados en la calidad aportada, dado que son productos
de venta más minoritaria, y por otra parte, la distribución selectiva supone unos
costes de distribución más bajos y un mayor ahorro al ser menos los puntos que
hay que atender. Con la estrategia de marketing selectiva la marca puede
centrarse en donde realmente se considera más fuerte que su competencia. Esto
es aplicable tanto si hemos elegido un marketing selectivo o, más potenciado
aún, el marketing exclusivo, donde la empresa dispone de una imagen mayor y un
mejor margen de aplicación de precios.
La tercera vía del marketing es
la del marketing exclusivo. En este marketing se concede a determinados
intermediarios la exclusividad de venta de una determinada marca o de un
determinado producto. En cuanto a los criterios de exclusividad, se elegirán
tiendas específicas para distribuir determinados productos, como joyerías,
relojerías y tiendas de marca, que constituyen la elección de la venta
exclusiva. Todos tenemos en mente diversas marcas o productos de venta en
exclusividad.
Si deseamos un marketing
selectivo pero sin llegar a la exclusividad, optaremos por la utilización de
canales de comercialización, que sin abarcar la totalidad de los que podría
elegir, cumplan determinadas normas adecuadas a los fines de la marca como
pueden ser un determinado tamaño, una ubicación estratégica u otros criterios.
Entre estos están los de determinados concesionarios de automóviles de marca, o
los stands especiales de perfumería de lujo situados en grandes almacenes o
grandes superficies y similares. No son exclusivos, pero aportan un standing
especial.
En el marketing selectivo se
requiere un mejor conocimiento del usuario final, que generalmente se logra
mediante estudios de mercado, y se utilizan frecuentemente los ciclos cortos de
distribución, bien sea el más corto, de dos elementos, o corto de tres
elementos. Veamos como son los circuitos de distribución que una empresa tiene
a su disposición.
CICLO
|
ELEMENTOS
|
DESCRIPCIÓN
|
Ciclo corto mínimo
|
2
|
Del fabricante al usuario final
|
Ciclo corto
|
3
|
Fabricante, minorista y usuario
final
|
Ciclo largo
|
4
|
Fabricante, mayorista, minorista
y usuario final
|
Ciclo largo
|
5
|
Fabricante, intermediario, mayorista,
minorista y usuario final
|
Generalmente, el marketing
selectivo se habrá de ceñir a un mejor conocimiento del usuario final real, de
forma que los mensajes estarán mejor dirigidos, y elegiremos el uso de los
ciclos cortos de distribución, ya que estamos desechando el dirigirnos a
mercados masivos.
De esta forma eligiendo con
cuidado los canales de comercialización selectivos, incluyendo el exclusivo si
fuese necesario, proporcionamos al
cliente la sensación de que está siendo tratado de forma cuidada y
particularizada.
Con un marketing selectivo seleccionamos
los mejores puntos de venta para el producto o la marca en cada lugar. Esta
estrategia permite una clara diferenciación al situar nuestro producto en
sitios seleccionados, dando una imagen de producto selecto y exclusivo al estar
presente solamente en esos sitios.
Personalmente, y al margen de
esta clasificación clásica para la elección del marketing, yo suelo añadirle un
nuevo factor que puede hacer que nos decidamos por un marketing selectivo, al
menos en determinados momentos: el ciclo de vida del producto. Ya he hablado en
otros posts sobre la influencia del ciclo de vida del producto en la elección
del marketing a aplicar.
Cuando un determinado producto ha
llegado al final de su vida útil, es decir ha dejado la fase de madurez para
iniciar la fase de declive, podemos intervenir de diversas maneras para alargar
su venta, pero en el caso concreto solamente quiero resaltar el uso del
marketing selectivo para mantener una demanda residual en la fase de declive,
para lo cual es recomendable añadir pequeñas innovaciones al producto, y
dirigirnos a mercados concretos de utilización. Con la realización de pequeñas
innovaciones en los productos se logra una repercusión relativa en los costes,
y con una pequeña publicidad, a veces incluida en el mismo producto, con
muestras o pruebas gratuitas, se suele lograr una buena respuesta. Cuando
optamos por estos mercados concretos queremos decir que en lugar de ir a por
todo el mercado, se eligen nichos concretos sobre los que volcar la oferta del
producto. De esta forma se llega mejor y se amplía la oferta en esta fase.
Por supuesto hay otras muchas
medidas del marketing en las diversas etapas del ciclo de vida del producto,
pero ahora me centro solamente en esta elección de marketing selectivo, lo que
ampliará la fase final del ciclo, aumentando las ventas.