La marca es ese elemento
determinante que permite a un proveedor diferenciarse de la competencia y
establecer un posicionamiento en la mente de los consumidores, sean actuales o
potenciales. Es difícil crear una buena imagen de marca, aunque una vez logrado
los beneficios son grandes.
Es decir, lo que define a una
marca es que sea “un nombre, símbolo, diseño, (o una combinación de los
anteriores), que identifica los productos de un determinado proveedor y los
distingue de los productos de la competencia”.
Consecuentemente, cuando una
marca alcanza una determinada notoriedad en el mercado, logra una serie de ventajas
que le permiten posicionarse de una forma privilegiada. A cambio, está obligada
al mantenimiento de la imagen y de la calidad que se espera de la misma.
La identidad de la marca es tan
potente que el usuario la identifica y diferencia de otras marcas del mismo
entorno o de otro tipo de productos o servicios. Lograr que la imagen de la
marca sea igual a la identidad de la marca es el objetivo que deben lograr las
empresas, porque esto demostraría que se han logrado los propósitos
establecidos al crear y diseñar la marca.
La identidad de marca deberá
basarse en un logotipo y un nombre, aunque hay otros atributos más relacionados
con la marca. Sin embargo, el logotipo la identifica inequívocamente, y el
nombre se utiliza para solicitar esa marca, y no otra.
En el establecimiento de la
identidad de marca suelen considerarse cuatro asociaciones a tener en cuenta, y
si bien lo ideal es lograr las cuatro, en muchos casos la identificación suele
lograrse con alguna de ellos en concreto. Estas asociaciones son: con el
producto, con la empresa, con la personalidad aparente y con el símbolo o logo.
Cuando un determinado producto ha
logrado una alta notoriedad, suele ser frecuente realizar asociaciones de la
identidad de la marca con ese producto, lo que permitirá a la marca reforzar su
identidad dentro del entorno de mercado de dicho producto. Si tomamos un caso
concreto como el Porsche Carrera, el diseño mantenido y éxito continuado de
este producto le permite a la marca Porsche ofrecer su señas de identidad hacia
el público: seguridad de conducción, fiabilidad y duración.
La identidad de marca como
empresa es bastante frecuente, lográndose una identificación de la marca con
determinados atributos, que le confieren su personalidad. La asociación de la
marca Apple con el concepto de innovación y calidad le permite, partiendo de
ordenadores de primer nivel, realizar incursiones en otros terrenos, (iPod,
iPad, iPhone), con la garantía Apple por delante.
En otros casos, si no se busca la
diferenciación, por ejemplo en el caso de Microsoft, su imagen de universalidad
hace que los usuarios tiendan a decantarse por algo que tienen todos los demás,
como su sistema operativo, de forma que obtengan una compatibilidad asegurada,
así como por una Suite de Office que es la más utilizada en todo el mundo.
La marca te define, y el usuario
la elige en función de la imagen que proyecta, y de lo que se espera de ella.
La historia de la marca le da una
identidad propia no solo como marca o empresa, sino como personalidad
identificadora en el mercado. En definitiva, es parecido a considerar a la
marca como un ente personalizado, con sus características. Es bonito, es
fuerte, es innovador, (apuesta por el futuro), o cualquier otra virtud o
defecto, pensamos de esa marca. Si consideramos, como ejemplo, la marca Bang & Olufsen, la calidad
histórica de sus equipos de sonido le hace al cliente presuponer la alta
calidad en el resto de los productos de su gama, tales como sus actuales
televisores o teléfonos, por citar algunos ejemplos. Este sería el caso de una
personalidad robusta y atractiva. Todo ello incluye, y acepta, el que sean
equipos caros ya que para el objetivo de calidad perseguido el alto precio
refuerza su imagen.
En cuanto al paralelismo de la
marca con su simbología, es lo más frecuente y deseable, y los ejemplos están en la mente de
todos. El famoso toro de Osborne, famoso por la marca, y más famoso aún por el
indulto conseguido como único símbolo de marca permitido en la cartelería
publicitaria en las carreteras españolas, es un claro ejemplo de esta
asociación automática. Es esta misma línea, la especie de “v/boomerang” de
Nike, el caballo del escudo de Stuttgart que figura en los Porsche, el
caballito rampante de Ferrari… son elementos que identifican rápidamente a las
marcas, sin necesidad de que el nombre figure a su lado.
Hoy día todo esto cobra bastante
importancia, porque todo el mundo, y especialmente los jóvenes, tienen acceso a
Internet, (de hecho son los más activos en la red), y con cierto poder
adquisitivo y muchas ganas de tomar la iniciativa y de opinar, además de que
también son muy simbolistas, y “marquistas”, por lo que realmente el concepto
de marca y el de medios sociales online les encaja perfectamente. Suelen ser
además, y como complemento a lo dicho, muy fieles a sus marcas, siempre que no se
les defraude. Esto hace que el nuevo marketing se apoye mucho en un concepto de
marca bien definido y consolidado.
El branding, o marca, tiene cuatro
aspectos fundamentales que deben ser considerados: la notoriedad, que define
cuanto es reconocida y recordada la marca; la calidad reconocida o
percibida por el usuario; la lealtad a la marca, que define cuan
fieles permanecen los consumidores a la marca, y los símbolos o asociaciones
de la marca, que pueden definirse como la simbología, ideologías y valores que
se consideran asociados con la marca. Estos aspectos le dan el valor a la marca
en el mercado y en la mente de los consumidores. En estos aspectos el valor de
la publicidad o de las acciones de comunicación de la marca juegan un papel
fundamental, especialmente en el caso de la notoriedad. Cuando una marca
alcanza un gran valor en el mercado es capaz de aguantar mejor las crisis,
posicionar nuevos productos en el mercado o mantener la imagen con acciones
menos costosas.
Algunas marcas muy reconocidas,
como son Coca Cola, o Nike, por ejemplo, suelen refrescar constantemente su
imagen e identidad de marca a sus usuarios, a través de acciones constantes,
como el patrocinio de eventos de gran relevancia, sean deportivos o de
cualquier otra índole.
Recordemos que el ideal es lograr
que la identidad de la marca sea igual a la imagen de la marca. Eso
significaría haber conseguido el propósito de la empresa.
Este tema de la marca debe
completarse más adelante con sucesivos post, donde hablaré de asuntos relacionados
directamente, como son los beneficios e inconvenientes que pueden proporcionar las
segundas marcas y las marcas blancas. Estad atentos a los siguientes post de
este Blog.
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