En el post anterior hemos
analizado las técnicas de observación y su aplicación al marketing, con
innumerables ventajas al ser una fuente de información cualitativa, que obtiene
datos que no se consiguen mediante el resto de técnicas cualitativas, tales
como las entrevistas en
profundidad, las reuniones de grupo, las técnicas proyectivas y la encuesta.
Sin embargo, mediante la observación no se pueden percibir emociones, actitudes
o motivaciones del consumidor. Para eso tenemos la experimentación.
Mediante la experimentación, que es un
método cuantitativo de investigación, se pueden provocar reacciones espontáneas en
el usuario, y es independiente de la opinión. Para que se obtengan datos
fiables, se necesita una elección cuidadosa del diseño del experimento, una definición
concreta de los objetivos y de la localización, una elección aleatoria de las
unidades de análisis, y elegir correctamente la duración del experimento. Hecho
así, nos proporciona datos objetivos.
Para hacer una buena práctica de
experimentación, es recomendable:
•
Definir claramente los objetivos del experimento
•
Definir la zona experimental
•
Elegir al azar las unidades experimentales
•
Fijar un periodo de duración de la
experimentación
•
Recoger información
•
Analizar la información, elaborar conclusiones y
un informe de resultados
A veces puede ser recomendable
realizar algún experimento piloto para afinar la forma definitiva de
realización de la experimentación.
Recordemos que las diferencias entre
la experimentación y la observación se encuentran en que en la observación solamente se analizan los datos,
mientras que en la experimentación se controlan los medios y se provocan
reacciones, que posteriormente se analizan.
Para ver un ejemplo de la
diferencia entre la observación y la experimentación, podemos considerar el
experimento realizado con bebidas de Coca Cola y Pepsi Cola, que lo expuse en
el post del día 28 de Febrero pasado, dedicado al psicomarketing. El conjunto
de la práctica realizada corresponde a una experimentación, y así la vamos a
tratar, pero si consideramos solo la primera parte, la cata a ciegas, podríamos
englobarlo dentro de una simple observación. Pero a la vista de los resultados
obtenidos, y para intentar entenderlo, se actuó sobre los sujetos, al
notificarles cual era cada una de las marcas, influyendo así indirectamente en
los resultados, aunque esto fue inesperado. Es cierto que el experimento
pertenece al neuromarketing, por la forma y metodología utilizada, pero nos
sirve perfectamente como ejemplo para ver en que consiste una experimentación.
El famoso ejemplo de las ruedas
de los carritos de un supermercado, que todas las personas creen que las ruedas
están mal, o desequilibradas por el uso. En absoluto. Las ruedas están
desequilibradas a propósito de forma que tiendan hacia las estanterías,
generalmente hacia la izquierda de la marcha, y de esa forma el local se
asegura que nos fijaremos en algunos productos de las estanterías que de otro
modo podrían pasarnos inadvertidos.
Muchos otros casos conocidos del
marketing, como la colocación de los productos en las estanterías, han pasado
desde la observación a la experimentación. Mediante la observación se podía
comprobar que aparentemente las personas elegían con mayor frecuencia determinados
lugares de las estanterías del centro, concretamente los estantes que están a
la altura de los ojos, desechando los productos colocados en los estantes
inferiores y a los superiores. En los primeros, se obliga a las personas a
agacharse, tanto para ver qué productos hay como para cogerlos, y en el segundo
caso hay que hacer un esfuerzo para llegar a los estantes más altos.
Mediante la experimentación se
llegaron a muchas más conclusiones, pues al realizarse prácticas de
experimentación con la colocación de los productos, se corroboraron los datos
de la observación pero se enriquecieron los resultados con otras conclusiones
adicionales, como el relativo poder de la marca, pues al colocar marcas muy
solicitadas en estantes bajos o altos, dificultando su lectura y el poder
cogerlos, el poder de determinadas marcas podía hacer que se eligiesen a pesar
de la incomodidad. En otros casos no es era así, viéndose que el poder de la
marca no era tan fuerte en ese caso.
En el mismo caso del mercado de
consumo, la experimentación ha permitido conocer muchas cosas, como la mejor
ubicación de los productos dentro de la tienda, donde resulta más conveniente
ubicar cada departamento en cuanto a la disposición de la tienda, siendo los
productos de compra obligatoria o más frecuente los que deben colocarse lo más
al final posible, para hacer pasar a las personas por toda la tienda. También ha
determinado la influencia del precio en relación al tipo de producto, a su
necesidad y a la marca.
A continuación, podemos poner
algunos ejemplos en los que resulta de interés para el marketing realizar la
experimentación, y de hecho es frecuente su uso.
•
Pruebas a ciegas
•
Pruebas de envases o packaging
•
Pretest de publicidad
•
Postest de publicidad
•
Test de Abelson (fidelidad a la marca)
•
Experimento de Taylor (medida de diferencias)
Hay diversos aspectos del
consumidor en los que el marketing de experimentación resulta indispensable, o
cuanto menos, aconsejable. En lo relativo a los sentidos, la experimentación es
muy recomendable, mas allá de la simple observación. En la industria del
automóvil, por ejemplo, el olor a “coche nuevo” es algo que encanta a muchas personas,
sobre todo actualmente porque muchas marcas han creado ese aroma particular y
atrayente, cuando antes era todo lo contrario en muchos casos, ya que a la
gente no le gustaba ese olor resultante de los plásticos del coche, de la piel
o las telas de las tapicerías. De hecho, algunos comentarios eran negativos respecto
al olor del coche, (aún lo son en algunos casos, según qué marcas y calidad),
pero que actualmente se han ido mejorando, gracias a iniciativas en este
sentido que han partido, sobre todo, de las empresas automovilísticas alemanas.
Hay segmentos donde el marketing
de experimentación es totalmente necesario, al no ser posible su determinación
en medios masivos, Un ejemplo es el marketing olfativo que tiene un efecto
poderoso, aunque poco utilizado todavía, aunque ya hemos visto un ejemplo en
los automóviles. Algunos autores hablan de un aumento de las ventas de hasta un
40% gracias al uso de técnicas de estímulo olfativo en el punto de venta. Una
de las claves se encuentra en el logro del aroma correcto para los fines
perseguidos, lo cual no resulta sencillo, ya que no se trata de aromatizar un
lugar con olor a caramelo o vainilla, por ejemplo, sino en lograr despertar el
estímulo del cliente para el producto que se desea destacar. Lograr un
excelente aroma a café en un local dedicado a ello, y que no huela a otra cosa
no es nada fácil.
Veamos un excelente ejemplo de
experimentación en los famosos locales de Starbucks, que hace unos años se
negó a servir sándwiches calientes porque el olor generado por los
mismos estropeaba el aroma general de buen café de esos locales. Esto
parece hilar muy fino, pero demuestra que Starbucks se había tomado muy en
serio el marketing olfativo en su estrategia empresarial. Esto es experimentación.
Igualmente ocurre si se desea
potenciar el aroma de pizza en estos establecimientos que, aunque ya huelen
naturalmente, potenciando el olor a pizza se logra una mayor afluencia de
personas. Algunas técnicas dentro de este marketing aconseja a muchas
panaderías dejar abierto el horno entre cocción y cocción, de forma que el rico
olor a masa recién hecha potencie la ventas.
Empresas como McDonald's llevan
algún tiempo creando tiendas con aromas convenientes, o que además anulen
olores no deseados, y que pueden llegar a ser, según la hora del día, un aroma
u otro el que despide “naturalmente” el local. El efecto en el cliente es
bastante eficaz.
Experiencias negativas en lo
referente al olor también las hemos tenido todos. En algunos supermercados o
hipermercados la zona del pescado a veces huele mal, aún a
sabiendas de que está fresco. Lo malo es que ese olor a veces inunda casi todo
el recinto. Peor pueden llegar a ser los locales con olor a tabaco, o con
olores corporales si son lugares de pequeño tamaño. Algunos locales no hacen
nada, pero otros cuidan mucho esos detalles, porque al igual que los buenos olores
potencian el atractivo del local y en consecuencia las ventas, el mal olor
puede hacer que las personas se marchen del local al poco tiempo de haber
entrado por la puerta.
También la música o los colores
pueden contribuir al estado de ánimo. Una sala de espera, sea de un hospital o
de un dentista, o incluso de una oficina, mejorarán la ansiedad de las personas
que esperan, sencillamente con colores y música que producen relax y bienestar.
La experimentación tiene en
marketing sus aplicaciones concretas, como se ha ido viendo en el post, y son
extremadamente útiles en sus conclusiones, para aplicarlas posteriormente al
marketing general de la empresa.
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