Tenemos la costumbre de confiar
todo a la vista, y en el marketing no hay excepción a esta regla errónea no
escrita. El marketing es, casi siempre, visual. Pero tenemos cinco sentidos,
vista, oído, olfato, gusto y tacto. De ahí la importancia del marketing
sensorial, al que le dediqué un post en Diciembre pasado
El marketing sensorial se apoya
en el enriquecimiento que se produce en cualquier experiencia si tenemos en cuenta todos sentidos. A nivel de
marketing, básicamente se trata de enriquecer la experiencia del mensaje de comunicación
o del proceso de compra, utilizando todos los sentidos.
Es necesario potenciar el
marketing sensorial, pero tenemos una cierta incongruencia en la elección del
mensaje a transmitir. Un estudio de la Universidad Rockefeller, de Nueva York, dice
que las personas recordamos:
•
El
35% de lo que olemos
•
El
15% de lo que saboreamos
•
El
5% de lo que vemos
•
El
2% de lo que oímos
•
El
1% de lo que tocamos
En la transmisión de una
experiencia sensorial, recordaremos más los aromas que las imágenes o sonidos. Adicionalmente,
el recordar los aromas puede hacer que vivamos diferentes etapas de nuestra
vida y hacernos evocar momentos, personas o sentimientos. A la vista de estos
datos, generalmente estamos basando la mayoría del marketing en acciones
basadas en la vista y el oído, que son sentidos de gran utilización pero con poca
capacidad para ser recordados, apenas un 7% del total si unimos ambos.
Por tanto, si el olfato es el
sentido que mayor recuerdo deja en las personas, es justo dedicarle un post
exclusivo al marketing olfativo.
La publicidad convencional, sobre
todo en medios masivos, nos produce rechazo, al ser constante y no solicitada.
El marketing olfativo es una estrategia más concentrada, que se dirige a una
audiencia que ya ha entrado en nuestro establecimiento, lo cual predispone al
usuario a la recepción de nuestros mensajes olfativos. El marketing olfativo no
se limita a hechos como perfumar una tienda o un producto. Son típicos los
casos en franquicias, para uniformizar lo que percibe el cliente, en cafeterías
especializadas, en pizzerías, en algunas tiendas de ropa o el caso de los
zapatitos infantiles, algunos perfumados con aroma a chicle. Pensemos además
que el famoso olor a “nuevo” al comprar un coche también ha sido creado
artificialmente para apoyar la decisión de compra. En algunas empresas se crea
un Odotipo, que es como un logo de marca olfativo.
Hay una limitación: actualmente
no tenemos medios para lograr una difusión de olor en medios masivos, como la
televisión o la radio, pero sí que puede realizarse en la prensa escrita,
aunque de forma algo primitiva pues solamente puede hacerse adjuntando una
muestra de perfume dentro del periódico o revista. No obstante, es un punto de
apoyo.
En el punto de venta resulta muy
útil el uso del refuerzo olfativo como complemento ideal para otros tipos de
marketing locales, como son los de marketing lumínico y marketing auditivo.
Aunque el marketing olfativo no
está masivamente utilizado, y además sufre etapas de activación y de abandono,
cada vez se va considerando más en las prácticas de marketing. Todos hemos
notado en algunas grandes superficies de alimentación como en la zona de
panadería notamos un rico olor a pan recién hecho. Este olor, de habitual
agradable, es reforzado en esas zonas por una potenciación del olor a pan
reciente.
En el otro extremo, en la zona de
pescadería de esas mismas superficies, hay que mitigar o anular el olor a
pescado, ya que produce un rechazo natural en las personas que transitan por el
local.
El marketing olfativo tiene
muchos retos. Lograr un excelente aroma a café en un local dedicado a ello, y
que no huela a otra cosa no es nada fácil. Por esta razón, Starbucks hace unos
años se negó a servir sándwiches calientes porque el olor generado por los
mismos estropeaba el aroma general de buen café de los establecimientos de la marca.
Aunque esto es una decisión difícil de tomar, este ejemplo demuestra que
Starbucks se había tomado muy en serio el marketing olfativo en su estrategia
empresarial.
Otra experiencia de marketing
olfativo que me gusta mucho fue la llevada a cabo por Dunkin’ Donuts en Corea
del Sur mediante una campaña que combina la radio y el marketing olfativo en
autobuses de transporte público. Utilizando tecnología de reconocimiento del
sonido, se colocaron en los autobuses unos atomizadores especiales, que se
activaban cuando estos reconocían el anuncio en la radio. Al mismo que se anunciaba
el café de Dunkin’ Donuts se percibía en el autobús un rico olor a café recién hecho.
Se hacía especial énfasis en los momentos antes de que el autobús parase junto a
un establecimiento de Dunkin’ Donuts.
El resultado de la campaña fue de
más de 350.000 personas a las que les llegó el mensaje, un incremento del 16%
de personas en los establecimientos de la cadena y un aumento en ventas del
29%, en sucursales cercanas a las paradas de autobús.
Hace algunos años, Pepsi añadió
el aroma de su bebida de sabor a mora y vainilla en los encartes publicitarios que incluía en la
revista People.
Hay más datos que corroboran el
valor que se va concediendo al marketing olfativo. Los importantes almacenes
ingleses Harrods encontró que la sección de perfumería, donde se permite probar
las fragancias de todos los productos, al cabo de un rato de abiertos los
grandes almacenes se producía un efecto odorífero negativo, por la fuerte y
poco adecuada combinación de olores. Al final hubo que reubicar la perfumería y
reforzar la ventilación, suavemente, en la zona.
Otro ejemplo, este más reciente,
es el de Iberia Líneas Aéreas, que ha cambiado los elementos decorativos
alusivos al logo de la empresa, la música que suena mientras entra el cliente
en los aviones y añadió también marketing olfativo mediante un olor denominado “Mediterráneo
de Iberia”, como olor tanto de los aviones como de sus salas VIP.
Disney fue de los primeros en
introducir el marketing olfativo en sus parque temáticos, haciendo que huela en
ellos a palomitas de maíz. Además de lo característico del este aroma, estimula
el deseo de consumir.
Utilizando marketing olfativo se mejora
la experiencia de compra, se reduce la percepción del tiempo, aumenta la
concentración y reduce el estrés, la fatiga y ansiedad.
Algunos olores típicos utilizados
en el marketing olfativo son el olor a cuero en las zapaterías y tiendas de
bolsos, olor a césped recién cortado en tiendas de jardinería y bricolage, olor
a chicle en tiendas infantiles o a madera de roble en tiendas de vinos.
Algunas ventajas del marketing
olfativo
•
Mayor
penetración directa en las zonas más profundas del cerebro
•
Es prácticamente
una experiencia subliminal
•
Genera
recuerdos
•
Genera
emociones
•
Ayuda
a modificar la conducta
•
Mejora
la experiencia de compra
•
Puede
reforzar la imagen de marca
•
Incrementa
un 15% el deseo de consumo
•
Prolonga
más de un 15% la estancia en el local
Por otra parte, también los
olores pueden contribuir al estado de ánimo. Una sala de espera de un local o de
una oficina, mejorarán la ansiedad de las personas que están aguardando,
sencillamente con aromas que producen relax y bienestar.
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