No es nada nuevo, esta tecnología en realidad tiene más de 20 años de existencia, pero todavía no se tiene
demasiado en cuenta en acciones de marketing. Todavía no existen muchos
lectores de QR, lo que debilita su utilización. Sin embargo, la ventaja de
poder descargarlo en el smartphone compensa en parte lo anterior.
Un código QR (Quick Response) es
un módulo para almacenar información en una matriz de puntos o en un código de
barras bidimensional. Fue creado en 1994 por la compañía japonesa Denso Wave,
subsidiaria de Toyota. Presenta tres cuadrados en las esquinas que permiten
detectar la posición del código al lector. El objetivo inicial fue que el
código permitiera que su contenido se leyera a alta velocidad. Los códigos
QR son muy comunes en Japón, donde son el código bidimensional más
popular.
Las ventajas que en marketing
podemos obtener de los QR son muy amplias, y existen documentados casos de
buenas campañas de éxito con el uso de los QR, y también de fracasos, en este
último casi siempre por mal diseño de la campaña, por la mala ubicación del QR o
a veces el pequeño tamaño del código.
Hay diversas opiniones sobre el
uso de los QR en marketing, incluso que resulta algo anticuado, pero eso no es
cierto. Hay luces y sombras en el uso de los códigos QR en el marketing,
precisamente porque no todas las campañas realizadas han sabido captar el uso
correcto de los mismos.
Cuando se desea aportar algo de
valor al cliente, o potencial cliente, los códigos QR son de gran valor, como
puede ser el poder dirigir al usuario a la web de la marca, o bien proporcionarle
un descuento
instantáneo en un producto para que pueda utilizarlo al momento en un
comercio determinado.
Veamos algunos ejemplos, para que
cada uno pueda determinar si le resultará útil utilizar códigos QR en
determinadas campañas que desee realizar.
Campaña Lacoste con
descarga de un juego y descuento en productos
En el momento de la campaña,
Lacoste patrocinaba el ATP Tennis World Tour. Al leer el código QR, en la
tienda o también en una parada de autobús, te llevaba a un juego de tenis, con
el que podías jugar mientras esperabas al autobús. Sólo por jugar el usuario
obtenía un cupón con un 15% de descuento para la tienda y entraba
automáticamente en un sorteo. La campaña tenía diversos objetivos de marketing:
incrementar las ventas, mediante el cupón, (con el cupón del 15%), captar nuevos
usuarios y refuerzo de marca.
Ralph Lauren y su
escaparate interactivo
Se trata de convertir los
escaparates en una ventana interactiva, usando códigos QR en los propios
escaparates de las tiendas.
Escaneando el código los usuarios
van a una página específica para la promoción de Ralph Lauren de hace unos meses. Aunque todos los códigos QR
parecen iguales, admiten cierta personalización, como era este de Ralph Lauren,
en el que se veía el famoso caballo y jinete de polo de su logo.
Cierro los ejemplos con el que
más me gusta de todos porque es verdaderamente negocio directo.
Campaña de Tesco Corea
Posiblemente sea la mejor campaña
del mundo en lo que a uso de QR, viralidad y resultados se refiere. Objetivo:
convertirse en el retail número 1 de Corea.
Mediante carteles en las
principales estaciones de metro, que reproducían los productos como se
encuentran físicamente en el supermercado. La introducción de un código QR dirige
al consumidor a la web del producto para compras online. Cuando el usuario, que
está
en el metro esperando su tren, interactúa con cada código QR que está
junto al producto deseado, (en una foto de las vitrinas del supermercado, y a
tamaño idéntico), el producto se añade a su cesta, hasta
que finaliza la compra. Cuando coge el metro y llega a casa, su pedido ya están
en marcha y le llegará en un tiempo determinado. A raíz de esta campaña
aumentaron notablemente las ventas online de la marca. Ver foto adjunta.
Ventajas de esta campaña: Acción
magnífica de Street marketing que
atrae al potencial consumidor, a la vez que el video realizado para mostrarlo
ha tenido más de un millón y medio de reproducciones, auténtico viral. Aumentó
la imagen de Tesco, y crecieron las ventas online en un 130%. Y la campaña no
resultó nada cara en comparación con los beneficios obtenidos con la misma.
Además, es una perfecta mezcla de marketing offline y online.
Hay diversas historias de
fracasos con campañas de códigos QR, pero analizando las causas, siempre fueron
despistes tales como colocar los códigos QR en lugares de difícil acceso para
el usuario, tamaño inadecuado, desde muy pequeños a demasiado grandes, códigos
en constante movimiento, o puestos en lugares que pasan inadvertidos o muy mal
anunciados.
Sin embargo, tienen múltiples
posibilidades, como el incluirlos en las cartas de los menús de los
restaurantes, de forma que el comensal, al leer el código QR vea de qué está
hecho lo que va a comer, y la imagen o fotografía del plato, antes de decidirse
a pedirlo.
Hay muchísimas aplicaciones más,
y nuestra propia imaginación nos llevará a identificarlas, desde incluirlos en
las tarjetas de visita, (papel o electrónica) y que nos lleve a una mayor información
sobre la persona o la empresa, o ambas, o ponerlos junto a monumentos o folletos
de museos, de forma que tengamos al momento información total sobre ese cuadro,
monumento o edificio público.
El objetivo del post es dar
algunas ideas sobre otra nueva, (en realidad no tan nueva), forma de hacer
marketing. Merece la pena conocerlos.
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