viernes, 4 de marzo de 2016

Marketing y QR codes



No es nada nuevo, esta tecnología en realidad tiene más de 20 años de existencia, pero todavía no se tiene demasiado en cuenta en acciones de marketing. Todavía no existen muchos lectores de QR, lo que debilita su utilización. Sin embargo, la ventaja de poder descargarlo en el smartphone compensa en parte lo anterior.

Un código QR (Quick Response) es un módulo para almacenar información en una matriz de puntos o en un código de barras bidimensional. Fue creado en 1994 por la compañía japonesa Denso Wave, subsidiaria de Toyota. Presenta tres cuadrados en las esquinas que permiten detectar la posición del código al lector. El objetivo inicial fue que el código permitiera que su contenido se leyera a alta velocidad. Los códigos QR son muy comunes en Japón, donde son el código bidimensional más popular.

Las ventajas que en marketing podemos obtener de los QR son muy amplias, y existen documentados casos de buenas campañas de éxito con el uso de los QR, y también de fracasos, en este último casi siempre por mal diseño de la campaña, por la mala ubicación del QR o a veces el pequeño tamaño del código.

Hay diversas opiniones sobre el uso de los QR en marketing, incluso que resulta algo anticuado, pero eso no es cierto. Hay luces y sombras en el uso de los códigos QR en el marketing, precisamente porque no todas las campañas realizadas han sabido captar el uso correcto de los mismos.

Cuando se desea aportar algo de valor al cliente, o potencial cliente, los códigos QR son de gran valor, como puede ser el poder dirigir al usuario a la web de la marca, o bien proporcionarle un descuento instantáneo en un producto para que pueda utilizarlo al momento en un comercio determinado.

Veamos algunos ejemplos, para que cada uno pueda determinar si le resultará útil utilizar códigos QR en determinadas campañas que desee realizar.

Campaña Lacoste con descarga de un juego y descuento en productos

En el momento de la campaña, Lacoste patrocinaba el ATP Tennis World Tour. Al leer el código QR, en la tienda o también en una parada de autobús, te llevaba a un juego de tenis, con el que podías jugar mientras esperabas al autobús. Sólo por jugar el usuario obtenía un cupón con un 15% de descuento para la tienda y entraba automáticamente en un sorteo. La campaña tenía diversos objetivos de marketing: incrementar las ventas, mediante el cupón, (con el cupón del 15%), captar nuevos usuarios y refuerzo de marca.

Ralph Lauren y su escaparate interactivo

Se trata de convertir los escaparates en una ventana interactiva, usando códigos QR en los propios escaparates de las tiendas.

Escaneando el código los usuarios van a una página específica para la promoción de  Ralph Lauren de hace unos meses. Aunque todos los códigos QR parecen iguales, admiten cierta personalización, como era este de Ralph Lauren, en el que se veía el famoso caballo y jinete de polo de su logo.

Cierro los ejemplos con el que más me gusta de todos porque es verdaderamente negocio directo.

Campaña de Tesco Corea

Posiblemente sea la mejor campaña del mundo en lo que a uso de QR, viralidad y resultados se refiere. Objetivo: convertirse en el retail número 1 de Corea.

Mediante carteles en las principales estaciones de metro, que reproducían los productos como se encuentran físicamente en el supermercado. La introducción de un código QR dirige al consumidor a la web del producto para compras online. Cuando el usuario, que está en el metro esperando su tren, interactúa con cada código QR que está junto al producto deseado, (en una foto de las vitrinas del supermercado, y a tamaño idéntico), el producto se añade a su cesta, hasta que finaliza la compra. Cuando coge el metro y llega a casa, su pedido ya están en marcha y le llegará en un tiempo determinado. A raíz de esta campaña aumentaron notablemente las ventas online de la marca. Ver foto adjunta.

Ventajas de esta campaña: Acción magnífica de Street marketing  que atrae al potencial consumidor, a la vez que el video realizado para mostrarlo ha tenido más de un millón y medio de reproducciones, auténtico viral. Aumentó la imagen de Tesco, y crecieron las ventas online en un 130%. Y la campaña no resultó nada cara en comparación con los beneficios obtenidos con la misma. Además, es una perfecta mezcla de marketing offline y online.  

Hay diversas historias de fracasos con campañas de códigos QR, pero analizando las causas, siempre fueron despistes tales como colocar los códigos QR en lugares de difícil acceso para el usuario, tamaño inadecuado, desde muy pequeños a demasiado grandes, códigos en constante movimiento, o puestos en lugares que pasan inadvertidos o muy mal anunciados.

Sin embargo, tienen múltiples posibilidades, como el incluirlos en las cartas de los menús de los restaurantes, de forma que el comensal, al leer el código QR vea de qué está hecho lo que va a comer, y la imagen o fotografía del plato, antes de decidirse a pedirlo.

Hay muchísimas aplicaciones más, y nuestra propia imaginación nos llevará a identificarlas, desde incluirlos en las tarjetas de visita, (papel o electrónica) y que nos lleve a una mayor información sobre la persona o la empresa, o ambas, o ponerlos junto a monumentos o folletos de museos, de forma que tengamos al momento información total sobre ese cuadro, monumento o edificio público.

El objetivo del post es dar algunas ideas sobre otra nueva, (en realidad no tan nueva), forma de hacer marketing. Merece la pena conocerlos. 

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