Hace ya varios años que Bill
Gates habló de una cercana “era sin papeles”, que aún está por llegar porque
seguimos teniendo tendencia a imprimir todo lo que vamos a leer.
Siempre he pensado que todavía la
gente no sabe leer si no es en papel. Tanto es así, que existe la mala y poco
ecológica costumbre de imprimir las cosas para leerlas, incluso, a veces, los
emails. A causa de esta mala costumbre, es muy frecuente ver esta coletilla
final en los emails de las empresas: “Antes de imprimir este mail piense si
realmente necesita hacerlo. Contribuyamos a cuidar el medio ambiente”.
La generación M desprecia al
papel, menos mal, porque los árboles y la naturaleza lo van a agradecer. Pero
el resto de las personas tiende a leer en papel, sobre todo a la hora de leer
un libro.
Recuerdo hace unos pocos años que
muchas personas de marketing decían, y de verdad lo pensaban, que la
desaparición del papel sería la pérdida de una de las mejores formas de
comunicación con los usuarios por parte de las empresas. Por descontado que los
medios audiovisuales eran idóneos, nadie dudaba nunca de los anuncios en
televisión o en la omnipresente radio, pero a nivel de publicidad escrita, la
pérdida paulatina de la prensa y las revistas fue considerado empresarialmente
como un golpe negativo a las acciones de marketing. Las personas dedicadas al
marketing pensaban que la pérdida progresiva del papel en los medios era
negativa para las acciones de marketing complementarias.
Cuando se hablaba del mundo 2.0 y
sus excelentes cualidades para el marketing moderno, se elevaban voces
contrarias. Los mensajes no serán igual, se decía. Tanto era así que la primera
forma de publicidad y comunicación 2.0, los banners, no eran sino una
puesta al día en medios electrónicos, Internet, de los mismos anuncios usados
en papel, si acaso algo más condensados. Tanto es así, que ahora los banners
son considerados dentro del Outbound marketing, mientras que las acciones del
resto del mundo electrónico es Inbound marketing.
Todavía los diseñadores de
marketing siguen echando de menos el papel. Lo digo sabiendo lo que escribo. Es
cierto que la acciones en Redes Sociales son algo muy actual y del marketing
más auténtico pero, como diseñadores que son, los publicistas sobre todo, anhelan
el papel para ver plasmado su mensaje. Y en el mobiliario urbano, todavía lucha
el papel frente a la cartelería electrónica. En las paradas de autobuses
podemos ver los anuncios, con grandes letras, dibujos y fotografías con ese
perfume de moda, o el último modelo de coche recién salido al mercado. En
papel, pegado al cristal de la parada de autobús, o en las paredes del metro.
Una confidencia: cuando pregunto
a muchos publicistas sobre como conciben sus campañas, la mayoría me dice que
aún piensan en papel. Y luego lo trasladan o lo convierten para el medio que
sea. Muchos de los mensajes en cartelería electrónica o digital están todavía
basados en el anuncio hecho para el mundo 1.0. Las fotos y el texto no es
digital hasta después de haber sido rediseñado.
Obviamente, y para no parecer
retrógrado, el mundo 2.0 tiene su propio entorno, y creciente. Diseñadores
propios para campañas en Internet y las Redes Sociales, y los Community
Managers para manejar el marketing de las empresas actuales. Pero todavía en
las comunicaciones por email hay cierto resabio del mundo del papel, y veces el
propio email incluye un cupón descuento que hay que imprimir para poder
canjearlo.
Incluso los bonos de hotel o
billetes de viaje se suelen imprimir. Bien es verdad que ya existen fórmulas
para llevar la reserva en el móvil o en la tablet sin imprimirlo, pero son los
menos. El marketing no puede resistirse al papel. Esos maravillosos folletos de
viaje con las más espectaculares fotografías siguen imprimiéndose en papel, por
más que en la Web de la empresa ya figuren en mayor abundancia.
Las nuevas generaciones marcarán
la diferencia. Las cartas del menú de un restaurante siguen siendo impresas. En
muy pocos lugares el marketing hace que se presenten en un medio electrónico,
como un iPad o tableta electrónica, aunque es la tendencia futura. Si tienes en
tu local un sistema de cartelería electrónica, los productos se presentan en
todos sus colores y variables, y además se pueden cambiar en tiempo real por
los nuevos. Y a pesar de esta ventaja, sin embargo, las empresas prefieren
todavía imprimir su oferta en carteles de papel. Lo siento por los bosques,
pero las personas todavía amamos el papel, y el marketing lo sabe y parte del
mismo lo sigue utilizando.
En otros post he hablado de los
avances tecnológicos y su incorporación al marketing, pero no por eso he de
reconocer que el marketing usa todavía mucho el papel y, aunque hay tabletas
electrónicas con excelentes cualidades para el diseño de forma directa, la
tentación de todo diseñador de marketing sigue estando en un primer esbozo en
papel. A corto plazo es más barato, pero lamento que Bill Gates se equivocase
en “una cercana era sin papeles”. Llegará, pero tardará un poco más porque
parece que seguimos teniendo tendencia a leer lo impreso, en lugar de leer en
soporte electrónico. Todo, salvo la innumerable mensajería diaria que emitimos,
y nos tragamos, en el móvil.
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