Por
esta razón he titulado este blog como “el virus bueno”, al relativo al
marketing viral. Antes de entrar en materia quisiera hacer un matiz. El
marketing viral es, o puede ser considerado como un “virus bueno”, aunque no
siempre lo vean así todas las personas.
Definimos
el marketing
viral, tomando como modelo a Wikipedia, como aquellas técnicas de
marketing que intentan explotar redes sociales y otros medios electrónicos para
producir incrementos exponenciales en "renombre de marca", mediante
procesos de autorreplicación análogos a la expansión de un virus informático.
Se suele basar en el boca a boca mediante medios electrónicos; usa el efecto de
"red social" creado por Internet y los servicios de telefonía móvil
para llegar a una gran cantidad de personas rápidamente.
Siguiendo
con la fuente pública, también se usa el término marketing viral para describir
campañas de marketing encubierto basadas en Internet, incluyendo el uso de
blogs, de sitios aparentemente amateurs, y de otras formas de astroturfing (*)
diseñadas para crear el boca a boca para un nuevo producto o servicio.
Frecuentemente, el objetivo de las campañas de marketing viral es generar
cobertura mediática mediante historias "inusuales", por un valor muy
superior al presupuesto para publicidad de la compañía anunciante.
(*)
Astroturfing es un término utilizado en campañas de relaciones públicas en el
ámbito de la propaganda electoral y en los anuncios comerciales, que pretende
dar una impresión de espontaneidad, fruto de un comportamiento con base social.
El nombre se debe a AstroTurf, una conocida marca estadounidense de césped
artificial, y el significado del término inglés grassroots, cuya traducción
literal sería «raíces del césped» pero cuyo significado es «de raíz», como auténtico
o «con base social». La comparación con el césped artificial indicaría esa
falsa base del astroturfing.
Así,
el objetivo de una campaña de este estilo es disfrazar las acciones de una
entidad política o comercial como una reacción pública espontánea e
independiente frente a otra entidad, producto, servicio, etc.
Los
astroturfers (intoxicadores) preparan acciones protagonizadas por unos pocos
individuos aparentemente diversos y geográficamente distribuidos, tanto a
través de actuaciones explícitas como más subliminales e incluso ocultas, y que
dan la impresión de ser multitudinarios entusiastas de una causa. El
astroturfing puede ser lanzado por un particular interesado personalmente por
un asunto o por grupos profesionales organizados financiados por grandes
empresas u organizaciones activistas o sin ánimo de lucro.
Creemos
que era necesario explicar el término astroturfing porque no es un término que
resulte muy habitual encontrarlo, incluso en temas de marketing.
Volviendo
al término, el nombre de marketing viral proviene de mediados de la década de los
90’s del pasado siglo, (como vemos es un término bastante joven) cuando los
servicios de correo gratuito, tipo Hotmail y otros, añadían su publicidad como
coletilla del correo saliente de los usuarios que lo utilizaban. De esta manera
no era difícil captar nuevos usuarios por un método sencillo y económico. El
usuario del servicio era un transmisor involuntario de la acción
viral que el proveedor del servicio realizaba.
Aunque
lo definamos en el titulo como virus bueno, lo cierto es que muchas de estas
formas de comunicación pueden llegar a ser molestas en diversas ocasiones,
sobre todo cuando se produce una acción encubierta que, en general, no suele
ser difícil de detectar, ya que si no de forma inmediata, la propia extensión
del “virus” que llega a empresas antagonistas de la emisora encubierta hace que
finalmente pueda levantarse la liebre. En estos casos el efecto puede ser, y de
hecho es, contraproducente para los efectos perseguidos.
Según
un estudio publicado por la Universidad Carlos III de Madrid, de 100 personas
en redes sociales tipo Facebook, 90 “escuchan”, 9 “hablan esporádicamente” y sólo
una es la que realmente produce información.
Visto
de esta forma, las posibilidades de fraude son grandes, basta con que alguna
empresa actúe, bien o mal intencionadamente, para que muchos ingenuos o
cautivados por el poder de persuasión de una noticia bien escrita sean
portadores de ese “virus” de rápida propagación.
¿Quiere
decir esto que estoy en contra del marketing viral?. Nada más lejos de la
realidad. Como persona que conozco el marketing en profundidad, que permanezco
al día de todos sus avances y que lo he implantado o ayudado a implantar en muchas empresas españolas,
tengo que darle el valor que merece, que es mucho.
Que
el contenido origen sea malicioso o bueno es otra cuestión, pero el marketing
viral es una magnífica herramienta, descendiente
de aquel antiguo y fascinante “boca a boca” que ha existido desde siempre,
incluso desde antes de que se definiera la palabra marketing. El marketing forma
parte de la vida de las personas, no solo de las empresas.
¿Te
han contado un cuento cuando eras pequeño?. Seguro que sí… pues esos cuentos de
siempre, contados de padres a hijos de forma continua, eso es marketing viral,
y del mejor.
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