En la mitología griega, las Cárites o Gracias
eran las diosas del encanto, la belleza, la naturaleza, la creatividad humana y
la fertilidad. Habitualmente se consideran tres, de la menor a la mayor: Aglaya
(Belleza), Eufrósine (Alegría) y Talía (Comedia). Las Cárites solían ser
consideradas hijas de Zeus y Eurínome, aunque también se decía que eran hijas
de Hera, de Dioniso, o de Helios y la náyade Egle.
Volviendo
al tema del post, desde mi punto de vista las tres gracias se refieren al
marketing, la tecnología, y la sociedad. Frecuentemente he comentado en mis
post que los avances en el marketing están más relacionados con los avances
sociales que con los tecnológicos. Pero las tres gracias se complementan. Y
ninguna es más que las otras, al menos teóricamente.
Nadie
podía imaginar, hace solo unos pocos años, que el usuario sería el verdadero
protagonista de la comunicación empresarial. Una comunicación dominada por los
mensajes unilaterales, invasivos y gritones, con la empresa como creadora de
los productos, y comunicadora de sus “virtudes”, a todo el que les quisiera
oír, (y a los que no les querían oír, también).
El
usuario, antes pasivo, pasa de ser aquel comprador natural en un entorno poco
poblado de empresas, y muy poblado de clientes ávidos de comprar, hasta un
entorno de muchas empresas y usuarios confusos ante tanto mensaje, tanto
producto, y tanta invasión de su espacio. Y ahora el usuario tiene que aguantar.
Y todo el que aguanta, se cansa y termina estallando. Y se rebela contra las
marcas y los productos, pero su vía de rebelión era escasa y poco potente: el
boca a boca. Lo de escaso y poco potente se arregló rápidamente con Internet.
Lo
más primitivo fueron los mails y los chats. Y ya comenzaban a hacer mucho daño,
por decirlo así. Algunos usuarios opinando sobre una empresa, o un producto, enviándolos
a otros usuarios. Un amigo de alguien recibe un mensaje, que reenvía a su vez a
otros tantos amigos, y si el mensaje es considerado interesante, la viralidad
del mismo era importante, alcanzando a todo el mundo en segundos. Y esa marca o
ese producto que ha dado un problema, es ampliamente puesto en evidencia. El uso
de los chats también incidió originalmente en esta viralidad.
Pero
el nacimiento, deducible aunque inesperado, de las redes sociales, ha hecho
que el usuario, por vez primera, siente que tiene el poder. Y lo sabe. Y
aquella empresa que no esté escuchando en la red, perderá el
control sobre su propia marca, sobre sus propios productos. Como el marketing
ha de adaptarse a estas nuevas tendencias, la sociedad, (hábitos sociales), les
marca el camino, y la tecnología, les resuelve el problema.
Como
concepto, las Redes Sociales han existido desde siempre. En Wikipedia podemos
encontrar una definición de Redes Sociales: “Son estructuras sociales
compuestas de grupos de personas, las cuales están conectadas por uno o varios
tipos de relaciones, tales como amistad, parentesco, intereses comunes o que
comparten conocimientos”. Sin embargo, desde el punto de vista de este post, lo
que nos interesan son el mundo de comunicaciones a través de los recientemente
creados medios sociales.
Hablamos
de Twitter, de Facebook, de LinkedIn, Pinterest o YouTube, donde se percibe claramente
que tenemos un importante potencial para realizar nuestro marketing.
El
SM, Social Media, resulta hoy imprescindible para cualquier actividad, y muy
especialmente, para el marketing. En el SM se utiliza una jerga propia. Entre
las palabras que debemos conocer al adentrarnos en este entorno son las de SMM,
(Social Media Marketing), o el SMO, (Social Media Optimization). Otro término
de frecuente utilización dentro del SMM es el ORM, (Online Reputation
Management), o gestión de la reputación online.
Muy
importante para nuestras actividades de marketing, el SMO. Según Wikipedia, el
SMO es un grupo de métodos para generar publicidad y difusión automática de los
contenidos por los visitantes, en diferentes medios sociales y comunitarios.
LinkedIn, Facebook, Twitter, Flicker, YouTube y otros muchos más, como Google+,
nos permiten lograrlo, siendo el objetivo último de estos medios conseguir que
lo que publicamos se expanda lo más ampliamente posible por los Social Media.
Esto se logra mediante técnicas, mejorables sistemáticamente con el uso, que
permitan esta difusión, haciendo atractivo lo que aportemos a esos medios,
eligiendo los links adecuados, permitiendo que otros usuarios difundan nuestros
escritos y aportaciones y ampliando el número de conexiones con el resto de los
usuarios.
Otro
término de frecuente utilización dentro del SMM es el ORM, (Online Reputation
Management), o gestión de la reputación online. Esto se debe a que en el Social
Media, uno de los objetivos es el logro mantenimiento o mejora de la reputación.
Los
sistemas de monitorización o seguimiento de una marca, producto, servicio o
persona nos permiten averiguar más cualitativamente cuál es nuestra imagen, a
nivel de marca, o producto o servicio concreto. Este sistema es más complejo, y
requiere estar muy atento a la red. Existen medios para lograrlo, y el
encargado del tema, (Community Manager, preferiblemente), deberá saber
utilizarlos con habilidad y constancia.
Cuando
una persona interactúa en los medios sociales online e indaga sobre un
producto, u opina sobre el mismo, lo hace de forma espontánea, y lo hace cuando
realmente lo desea. Y a la marca afectada por un comentario puede gustarle el
mismo o no, pero tiene que entrar en esta dinámica, y entender que el usuario,
aunque sea una crítica, está
ayudando a la marca, o al producto. Si hay una crítica, hay una razón, y
si hay una razón, la marca debe indagar cual es esa razón, y poner los medios para
aclarar las causas. Si realmente la crítica es justa, lo mejor para la marca es
aceptarlo y dialogar con el usuario. Si no lo es, puede ser que no lo sea a
nivel general, pero en ese caso concreto lo ha sido, y hay que saber porqué. Un
comentario sobre un marca o un producto puede ser un tesoro.
Además,
si tu no cuidas a tu cliente, puede que otro se decida a hacerlo.
Y en ese caso, puedes dar al cliente por perdido. Si no has sabido percibir la
incertidumbre que puede llegar a sentir un cliente cuando no estás allí cuando
debes, cuando te necesita, es porque no sabes hacer marketing. El cliente no es
un amigo, pero hay que tratarlo de la forma más parecida posible. Cuesta mucho crear
una relación, pero a veces es muy fácil que se rompa. Escucha siempre a
la red.
Hay
que ofrecer siempre algo de valor a los clientes. En cada compra que haga, en
cada consulta que realice lleve a cabo, en cada queja que exponga hay que ofrecerle
algún tipo de una contraprestación psicológica, algo que le suponga un valor
efectivo y afectivo. Se trata en definitiva, de recompensar su lealtad hacia
nosotros.
En
el marketing 3.0 el producto pasa a un segundo plano, siendo más importante el cliente
y el mundo de las redes sociales. El cliente puede acceder a nosotros y nosotros
al cliente de forma permanente, sea desde el ordenador, el smartphone y la
tablet, y además con esa conexión tan permanente y continua como es el mundo de
las redes sociales.
Hay
algo más que considerar en los cambios del marketing del siglo XXI. Hoy
nuestros clientes acceden al WhatsApp no solo para relacionarse con sus amigos,
sino que si les llamamos y están ocupados nos responden mediante un WhatsApp
para decirnos que están en una reunión, por lo que no debemos olvidar cómo ha
cambiado la forma de comunicarse cliente-empresa. Y sin olvidar tampoco que el
cliente que usa Facebook en su vida habitual también puede encontrar las
novedades de nuestra empresa en esa red, pues Facebook ha demostrado, y cada
vez más, lo útil que resulta como nexo de unión con el cliente, donde enviamos
información y podemos recibir feedback mediante esa potente y amplia red. E
igualmente podemos considerar el potencial del resto de las redes sociales,
todas a nuestra disposición, del marketing actual.
Ahora
más que nunca lo que importa es reforzar la imagen de la marca y los valores
que pueda aportar al mundo y al medio ambiente, y siempre debemos darle al
consumidor la impresión de que somos honestos y respetamos al entorno y al
consumidor.